Los nuevos gobiernos en el Ayuntamiento de Alicante y en la Generalitat intentan marcar distancias con la faceta religiosa de la peregrina alicantina, haciendo la caminata varios metros por detrás de la reliquia
El PP defiende el valor “profundamente católico” de la fiesta alicantina y opina que parece que los nuevos ejecutivos pretenden “cercenar la libertad religiosa” mediante decisiones que “descafeinan” la romería
La romería de la Santa Faz ha vivido este jueves una ruptura mínima con el paso marcado por el PP en el gobierno autonómico y local de la mano del obispado alicantino que durante años han caminado la peregrina a pies juntillas.
La ruptura de los nuevos gobierno se ha circunscrito a dejar una separación física entre la cabeza de la marcha, comandada por el obispo y la reliquia. Un cambio de mínimos porque tras años de hacer la romería cívica desde la puerta del Ayuntamiento, el PSPV, ahora en el gobierno municipal y en el Consell, ha decidido salir de la Puerta Negra de la Concatedral.
La peregrina ha arrancado puntual a las 8.00 horas de la Concatedral de San Nicolás en el centro de Alicante. Minutos antes, la presidenta de los ‘populares’ valencianos, Isabel Bonig, ha resaltado la jornada como “importante” para Alicante y ha recordado, “con pleno respeto por la libertad religiosa”, que se trata de una peregrina “con profundas tradiciones religiosas”.
Por ello, ha criticado que se viva “un momento complicado”, en el que a su juicio, “parece que se cercena la libertad religiosa” y lo ha achacado a “determinados partidos, hoy en el Gobierno” porque “hablan de mantener las tradiciones, pero quieren descafeinarlas”.
Así, ha opinado que las tradiciones como la Santa Faz tienen su fundamento “en la religión católica” y ha apostado por “no desnaturalizar el contenido y la esencia que nos da carácter”, como pueblo valenciano.
Frente a ello, el presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, ha antepuesto el “respecto” que surge de “los valores republicanos, de la ilustración y la democracia”.
De ese manera ha defendido que no haya llegado a pisar la Concatedral de San Nicolás al inicio de la romería, que ha caminado junto a su conseller de Transparència, el alicantino Manuel Alcaraz, y parte del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Alicante con el alcalde Gabriel Echávarri y el portavoz municipal Natxo Bellido.
Puig ha dicho que ha sido “respetuoso con todo hasta el límite” con las tradiciones desde “los valores republicanos, de la ilustración y de la democracia se basan en el respeto”.
La romería ha terminado antes de las 10.00 horas, pero la misa de recibimiento en la plaza del Monasterio se ha retrasado una media hora, porque las autoridades municipales y del Consell han llegado un cuarto de hora largo por detrás de la cabeza de la comitiva.
Entre los religiosos no ha sentado bien tener que esperar y eso que el “síndic” municipal, Carlos Giménez, encargado de abrir el camarín donde se guarda la reliquia de la Santa Faz, ha hecho la peregrina pegado al relicario y al paso del obispo Jesús Murgui.
Esta Santa Faz, la 527 edición, ha estado marcada por la ausencia de Guanyar Alacant, cuyos miembros han rechazado participar en la romería para defender la laicidad del Estado.