Robert Zollitsch, exarzobispo de Friburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana entre 2003 y 2014 confesó haber “encubierto crímenes cometidos por sus sacerdotes contra cientos de niños y jóvenes durante décadas y los mantuvo ocultos a la justicia”, en un hallazgo que ha conmocionado a la iglesia alemana y que recoge un estudio.
Aunque fue el primer obispo alemán en pedir perdón a las víctimas de abusos por parte de clérigos en febrero de 2010, no se ha sabido hasta ahora que él mismo fue culpable del encubrimiento, aunque sus delitos hayan prescrito tanto para la ley civil como para la eclesiástica.