La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez (PSOE), participó el pasado 2 de mayo en los actos de exaltación católica organizados con motivo de la «Causa de beatificación y canonización» de un miembro de la Acción Católica local muerto durante la Guerra Civil.
Este proceso de canonización se inscribe en la larga lista de procesos de beatificación y canonización reabiertos durante el papado de Juan Pablo II, procesos que habían permanecido durante algunos años paralizados al considerar la propia institución católica que la posicionaban de una forma demasiado evidente junto al bando sublevado durante la Guerra Civil. Hoy, reabiertos esos procesos y reinterpretados desde los parámetros de la «pastoral de la memoria» católica, los mártires y beatos se han convertido en auténticos agentes de memoria, útiles para la reinterpretación del relato católico sobre la Guerra Civil, y para el blanqueamiento historiográfico de una institución que desde el primer momento apoyó y legitimó el golpe de Estado contra la República y el régimen franquista surgido de la Guerra Civil.
Con su participación en el acto, la alcaldesa de Tomelloso no sólo colabora institucionalmente con una asociación local, como podría darse a entender desde la propia alcaldía, presentando esa colaboración como un acto de responsabilidad institucional; en sus declaraciones, Inmaculada Jiménez asume y reproduce el relato católico construido en torno a ese agente especial de victimización que es el «mártir», relato que durante los últimos años la Iglesia se ha encargado de promover, situándola así en el centro del debate sobre la memoria histórica en España.
La alcaldesa paarticipa habitualmente en las procesiones y romería católicas como representante institucional de la Corporación Municipal.
En la romería celebrada hace unos días