Aicha López, nacida en Albacete, lleva niqab desde el 28 de septiembre, un día después de casarse con el imán de Lleida, Abdelwhab Nouzi, al que denunció ante la Guardia Civil en marzo por poligamia. Ahora, con 42 años, vive en Alicante.
–¿Qué hará en locales municipales si regresa a Lleida?
–Me lo quitaré, como cuando conduzco, me han dicho que podrían multarme. Me quedaré con el pañuelo. Las normas están para aceptarlas. En el caso del burka, me molesta hablar con alguien y no verle los ojos.
–¿Lleva niqab por decisión propia o por su marido?
–Llevarlo es una decisión personal. Por mi marido habría ido totalmente tapada, por el tema de los ojos. Cuando alguien decía, mirándome, «mira qué ojos más bonitos», él afirmaba que eso era una señal de que se tenía que tapar la belleza. Cuando su primera mujer se quitó el niqab, él les dijo a sus hijos que no le gustaba la decisión, pero no se opuso.
–¿Por qué se lo puso?
–Yo me lo puse por probar, algo incorrecto, porque todo se hace por Alá. Vi a una chica con niqab, a la que la primera vez le dije que parecía una atracadora, y quise probar. Y porque estaba en la dote.
–¿Qué más había en la dote?
–Eso es privado.
–¿Se ha puesto alguna vez un burka?
–Sí, una vez, en la casa de una catalana casada con un musulmán.
–¿Cómo se ve la vida detrás?
–Yo no vi la vida, yo quiero ver bien. Estoy convencida de que a la larga el burka tiene que dar problemas de visión. Es una exageración. Hay que mirar a la gente, es vital ver, mirar a los ojos. En un viaje a Granada de las dos con nuestros maridos, la gente nos decía cosas. A mí me preguntaban: «¿Tú eres la liberal?»
–¿Qué opina su familia?
–Cuando mi hermano me ve con el pañuelo, se pone malo. Cuando ha venido, si el imán ha querido invitarnos a un restaurante, he preferido comer en casa, porque puedo ir sin pañuelo.
–¿Qué relaciones sociales tenía cuando vivía con el imán, Abdelwahab Houzi?
–Toda mi vida social estaba reducida a una panadería que hacía esquina.
–¿Dónde está el imán?
–Se marchó a Arabia Saudí, volvió y se ha vuelto a ir. No creo que se quede.
–¿Ha declarado ya el imán en los juzgados por la denuncia por poligamia?
–Ni idea. No sé cómo está el proceso. Lo que sí es cierto es que me pidió que me marchara con él a Arabia Saudí. Todo lo contaré en un libro.