La presidenta madrileña subraya que «de ninguna manera debe aceptarse» su uso en España
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguire, ha comprado este lunes el uso del burka con las bebidas espirituosas o con las chuches que tanto defendió Mariano Rajoy en septiembre pasado.
Durante una visita, en el municipio de Majadahonda, al nuevo Laboratorio de Aguas Residuales del Canal de Isabel II, Aguirre ha subrayado que "de ninguna manera debe aceptarse" el uso del burka en una sociedad occidental "abierta e igualitaria como la nuestra".
Y, casi sin solución de continuidad, ha aprovechado para cargar por enésima vez contra el presidente del Gobierno. Zapatero, ha señalado, "prohíbe los crucifijos, el tabaco y ahora va a prohibir las golosinas, la Coca-Cola, todo menos el burka, que es lo que creo que deberían prohibir".
Para la presidenta madrileña, "el burka es una prenda que representa la sumisión de la mujer a su padre o a su marido" y, por eso, "no tiene cabida" en una sociedad occidental donde la igualdad entre hombres y mujeres "es ley".