El trabajo femenino es considerado «clave en todos los aspectos de la respuesta humanitaria en el país».
La ONU ha anunciado que suspende temporalmente varios programas de ayuda en Afganistán debido a la falta de personal femenino tras el veto de los talibanes a que las mujeres trabajen en las organizaciones no gubernamentales, una orden que ya provocó la salida del país de varias ONG en protesta.
«Algunos programas críticos ya han tenido que detenerse temporalmente debido a la falta de personal femenino«, se lee en un comunicado firmado por los directores de las principales agencias humanitarias de la ONU y otras ONG presentes en Afganistán.
Y es que las mujeres son «clave en todos los aspectos de la respuesta humanitaria en Afganistán«, continúa la nota, ya que pueden acceder «a poblaciones a las que sus compañeros masculinos no pueden llegar», por lo que su participación en los programas de ayuda «no es negociable y debe continuar«.
En este sentido, los responsables de los programas humanitarios en Afganistán lamentaron que la prohibición de los talibanes «tiene consecuencias inmediatas» en un país donde más de 28 millones de personas requieren de asistencia para sobrevivir.
Pero aseguraron que continuarán involucrando a las autoridades de facto en sus programas, aunque sin ignorar las limitaciones que supone no poder contar con mujeres en sus equipos de trabajo.
«Nos esforzaremos por continuar con las actividades urgentes que salvan vidas a menos que se nos impida, mientras evaluamos mejor el alcance, los parámetros y las consecuencias de esta orden para las personas a las que servimos«, agregó el comunicado.
No sin antes prever «que será necesario detener muchas actividades, ya que no podemos brindar asistencia humanitaria basada en principios sin trabajadoras humanitarias».
Desde que los talibanes prohibieran trabajar a las mujeres en ONG y organismos internacionales como Naciones Unidas el pasado sábado, varias ONG como Save the Children, CARE, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) y el Comité Internacional de Rescate (IRC) suspendieron sus programas en Afganistán.
Mientras, otras muchas organizaciones permanecen indecisas a la espera de que el Organismo Coordinador de Agencias para la Ayuda Afgana (ACBAR), formado por un centenar de organizaciones afganas y 83 internacionales, tome una decisión.
La prohibición de los fundamentalistas llegó días después de que excluyesen a las mujeres de la universidad, extendiendo así el veto a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder en agosto de 2021.
Desde entonces, las mujeres han experimentado cómo sus derechos se reducían en Afganistán con restricciones como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos