SE está suscitando una intensa polémica sobre la afirmación realizada por el ministro de Justicia en relación con la presión que se ejerce sobre la mujer embarazada. Sin entrar en el debate de los derechos (al aborto / a la vida), me limito simplemente a exponer el sistema que ha diseñado nuestro ordenamiento jurídico para informar a la mujer embarazada de los pros y los contras entre la maternidad y el aborto. Me refiero al Real Decreto 825/2010, que regula la información que se debe suministrar a la mujer embarazada antes de proceder al aborto. Y quiero hacerlo porque me sorprende que todo el sistema de información articulado por esta norma se configura como una gran pasarela que conduce a la mujer hacia el aborto, sin cuidar la protección de la maternidad más allá de lo puramente formal.
La pederastia en la Iglesia católica, un problema de poder · por Juan José Tamayo
El negacionismo, el silencio y el ocultamiento de los crímenes de pederastia producidos en el seno de la…