Con un voto en contra y ocho abstenciones de legisladores panistas, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó la reforma para elevar a rango constitucional el carácter laico del Estado mexicano.
Al fijar sus respectivos posicionamientos en la tribuna parlamentaria, las fracciones del PRI y del PRD puntualizaron que la enmienda constitucional no tiene el propósito de atacar a una iglesia en particular y mucho menos de imponer un ateísmo de Estado.
La bancada del PAN expresó su apoyo al dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales, pero rechazó cualquier pretensión de “amordazar” a las iglesias, negándoles el derecho a opinar sobre asuntos que consideren injustos.
“La neutralidad del Estado laico no debe traducirse en una actitud antirreligiosa o en posturas de un ateísmo político o de totalitarismo ideológico”, puntualizó el legislador panista Gustavo González, a nombre de su fracción parlamentaria.
En su turno, el priista César Augusto Santiago remarcó que elevar a rango constitucional el carácter laico del Estado “no tiene la intención de atacar religión alguna, ni de evitar que los mexicanos ejerzan a plenitud sus derechos más sentidos”.
Se trata de proteger la libertad religiosa y de que la máxima ley se constituya en elemento de unidad de los mexicanos, sostuvo el diputado federal del PRI, como uno de los principales promotores de la reforma.
Según el proyecto aprobado con 363 votos a favor, uno en contra y ocho abstenciones, el artículo 40 de la Constitución Política establece que “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
Solamente el panista neoleonés Gregorio Hurtado Lija votó contra la reforma constitucional.
