La declaración de la Conferencia Episcopal aboga por «preservar el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de España»
A los obispos españoles les preocupa la pobreza y el paro. Pero lo que les inquieta es el riesgo de la ruptura de España. En la declaración de la declaración de la 225° comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), se subraya que las "propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de la unidad de España nos causa gran inquietud (…) Se debe preservar el bien de la unidad, al mismo tiempo que el de la rica diversidad de los pueblos de España".
Los obispos recuerdan que "ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado español podría entenderse, tal y como es hoy, si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y política de esa antigua nación que es España". En su declaración sobre la situación actual, titulada Ante la crisis, solidaridad, los obispos hancen una "llamada a la responsabilidad respecto del bien común de toda España" y señalan que "este malestar [por la crisis] no debería ser alimentado como excusa para la promoción de ningún interés político o económico particular, a costa del interés general".
Para dejarlo claro, la CEE incorpora como anexo los puntos de la instrucción pastoral de 2006 referidos al nacionalismo. Aunque en ese texto, la CEE recalca que "la Iglesia no tiene nada que decir acerca de las diversas fórmulas políticas posibles [de la unidad histórica y cultural de España] y "reconoce la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la unidad de España", los obispos advierten de que "las propuestas nacionalistas deben ser justificadas con referencia al bien común de toda la población directa o indirectamente afectada".
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, ha recalcaldo que "las decisiones unilaterales no son moralmente aceptables" porque debe prevalecer "el deber moral sobre el bien común de España".
Por otro lado, la declaración de la CEE señala que "sin la familia, sin la protección del matrimonio y de la natalidad, no habrá salida duradera de la crisis". "Las autoridades han de velar por que los costes de la crisis no recaigan sobre los más débiles, con especial atención a los inmigrantes, arbitrando más bien las medidas necesarias para que reciban las ayudas sociales oportunas", reza el texto. En este sentido, sobre la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares, Camino ha señalado que eso se trata de "una cuestión técnica que sólo afecta a una parte del colectivo", y que está separada de la apelación humanitaria de que "todo ciudadano español deben ser atendido".
Camino también ha hablado de los desahucios. "Hoy deseamos pedir a quien corresponda que se dé un signo de esperanza a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciados. (…) No es justo que, en una situación como la presente, resulte tan gravemente comprometido el ejercicio del derecho básico de una familia a disponer de una vivienda", reza la declaración.