La imagen del Santo Cristo de la Universidad será bendecida el próximo 13 de marzo en la iglesia de San Pedro de Alcántara por el arzobispo de Sevilla y administrador apostólico de la diócesis de Córdoba, monseñor Juan José Asenjo, durante cuyo ministerio se erigió canónicamente la cofradía que rendirá culto a la que es la representación más fidedigna del Hombre de la Sábana Santa que la tradición cristiana identifica como Jesús de Nazaret.
Es también la primera reproducción «literal» del cuerpo que fue envuelto por los lienzos que se veneran en la Catedral de Turín que se elabora para que reciba culto y procesione, en palabras de su autor, el escultor hispalense y catedrático de la Universidad de Sevilla, Juan Manuel Miñarro.
La imagen del Crucificado llegará a Córdoba el próximo día 11 ó 12 para la bendición del sábado, día 13, durante una misa solemne que se celebrará a las 17.00 horas en el templo vecino a la Facultad de Filosofía y Letras, en el que ya recibe culto Nuestra Señora de la Presentación.
En el lateral izquierdo de la capilla de la hermandad quedará el Cristo de la Universidad, una talla realista y de extrema crudeza que se aleja de los modelos representados a lo largo de la Historia del Arte y que Miñarro ultima en su estudio de Sevilla, donde la ha tallado y policromado en el último año utilizando técnicas y materiales innovadores.
Signos de la Pasión
La imagen que contemplarán los cordobeses desde finales de la próxima semana representa un cuerpo de 1,80 metros de alto, según los estudios de la Síndone de las universidades de Bolonia y Pavia, cuyo descuelgue nada tiene que ver con los conocidos hasta ahora. Ejemplo de ello es el hecho de que los brazos y la cruz forman un ángulo de 65 grados. Para llegar a estas conclusiones se ha experimentado con modelos plásticos de cuerpos que se usan en estudios anatómicos para ver cómo podía ser la caída de un cuerpo crucificado, pues la imagen de la Síndone es la de un cuerpo yacente, utilizando para ello también los datos que aporta el lienzo sobre la posición de los clavos en muñecas y pies y la trayectoria de los regueros de sangre.
Es «un libro abierto», o «una escultura-documento» —según Miñarro— que no hubiese sido posible realizar sin los más de cien años previos de estudio científico y multidisciplinar de la Sábana Santa, de la que se han utilizado reproducciones en tela y a tamaño natural en la hechura del Crucificado, al que, no obstante, ha habido que reconstruir marcas y partes de anatomía que no se aprecian en la Síndone de Turín.
De esta forma, el Cristo de la Universidad reproduce con total exactitud las heridas del Hombre de la Sábana Santa. El grado de realismo que se le ha querido dar es tal que se apreciará la viscosidad de la sangre, regueros y coágulos suspendidos y líquidos serosos, además de zonas amoratadas e hinchadas por los golpes, todo a partir de los datos forenses de que se dispone.
En la cabeza, la corona de espinas, a modo de casco que cubre todo el cráneo, está hecha con «ziziphus jujuba», una especie de espinas que no se doblan, y son con las que se cree que se hizo la de Cristo.
Según contó ayer a este diario el escultor, el trabajo de policromía ha sido uno de los más laboriosos, ya que era en el que había que representar todas las heridas de cristo, de las que llaman especialmente la atención las de la flagelación, que no aparecen en la zona del corazón, bien porque los verdugos no quisieron provocar en el Hombre de la Sábana Santa una muerte súbita o bien porque Cristo se apoyara con esta parte del cuerpo en la columna.
Para ello, Miñarro ha utilizado técnicas vanguardistas en la medida que ha usado materiales novedosos en este campo, entre ellos metacrilato líquido como aglutinante para hacer la sangre, además de los tradicionales de pintura al óleo y laca. Según indicó, los materiales utilizados en la policromía, unidos a un tratamiento previo de los ensambles con malla y trama de fibra de vidrio, evitan que las dilataciones de las maderas no provoquen fisuras externas que rompan la capa pictórica, lo que permitirá una mejor conservación de la talla.
Pese a todo, Miñarro, que forma parte del equipo de investigación del Centro Español de Sindonología, asegura que la imagen que ha realizado —y que no tiene intención de repetir para ninguna otra cofradía, lo que la hará «única»— no sería posible sólo con técnicas pictóricas si no existieran los años de estudio previos que hay.
No sólo la imagen del Señor será distinta a todo lo conocido hasta ahora, también la cruz se basa en los estudios arqueológicos que se han hecho al respecto. Es cilíndrica en la base, en el palo vertical, pero tiene un «patibulum» cuadrangular como el que se conserva del madero del Buen Ladrón en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, en cuyas medidas se basa el que ha hecho Miñarro.
En material de roble, no se ha tallado la corteza, sino que se ha envejecido la madera con chorros de arena. El «titulus» también reproduce el del fragmento que se venera en Jerusalén, que es el único que presenta la inscripción en latín y en griego de derecha a izquierda y que presenta un error ortográfico en el latín.
El vicehermano mayor de la cofradía Universitaria, Alberto villar Movellán, explicó a ABC que es muy probable que la imagen produzca «rechazo» en quienes la contemplen, aunque también habrá personas a las que les inspire «enorme devoción» y les permita encontrarse con «la realidad del martirio» de Cristo en la Cruz. Sobre esto, Miñarro explica que uno de los objetivos que él tiene es enseñar a los hombres y mujeres de este siglo que la Pasión de Cristo fue algo extremadamente «duro» y «no es la estampa estética y piadosa, tan dulce, que nos ha contado el Arte».
Por su parte, Villar indicó que la crucifixión de Cristo fue «un escándalo para los judíos y puede seguir siéndolo», aunque consideró que, «el que quiera entender la Sábana Santa, entenderá a la imagen» y el que no quiera hacerlo, «da igual que se lo expliquemos».