Un cómic difunde entre los jóvenes árabes los valores de la historia y la cultura musulmanas Sus protagonistas encarnan las virtudes de los 99 nombres de Alá Sus protagonistas encarnan las virtudes de los 99 nombres de Alá
Cuenta la leyenda que cuando los mongoles destruyeron en 1258 el califato de Bagdad, lanzaron los libros de la Biblioteca de la ciudad al Tigris y la tinta tiñó de negro las aguas. El contenido de los viejos volúmenes –la cultura y la historia del islam– quedó codificado en 99 piedras preciosas que yacían en el fondo del río. Las gemas fueron escondidas en el Al Andalus y, tras la caída de Granada, en 1492, Colón trasladó, sin saberlo, 33 al Nuevo Mundo. Otras 33 fueron a parar a Asia y el tercio restante, a Europa.
Hace tan solo unos meses, esas piedras reaparecieron. Están ahora en manos de un grupo de 99 jóvenes aventureros que han heredado sus poderes y que han sido llamados a una peligrosa misión: salvar a la humanidad del malvado Rughal, que intenta por todos los medios dominar el mundo.
Historia trepidante
Así arranca la historia de Los 99, un nuevo y trepidante cómic dirigido a los jóvenes musulmanes que desde septiembre se vende en los quioscos de Oriente Próximo y el norte de África. La serie no se ha gestado en las oficinas de las poderosas industrias del cómic estadounidense o japonesa, creadoras de Superman o Pokemon, sino en la imaginación de Naif al Mutawa, un kuwaití de 35 años, doctor en psicología clínica por la Universidad de Nueva York.
Al Mutawa se ha propuesto propagar los valores de la cultura musulmana a través de los nuevos superhéroes del islam. Para ello, ha dotado a cada uno de sus protagonistas de alguna de las cualidades asociadas a los 99 nombres de Alá.
Jabbar el Todopoderoso es un musculoso adolescente nacido en Arabia Saudí; Bari el Sanador es un chaval surafricano capaz de curar cualquier enfermedad, y Nur La Luz, una morena de ojos esmeralda que ve la la verdad.
El líder del grupo es el doctor Ramzi Razen, nada menos que descendiente de los Guardianes de la Sabiduría del Califato de Bagdad. La mitad de los superhéroes son mujeres y cada uno procede de un país distinto. En el equipo no falta ni un estadounidense ni un español, todavía en fase de creación.
"El islam comparte con otras civilizaciones virtudes como la generosidad, la sabiduría o la fortaleza de espíritu, atributos que desafortunadamente los medios de comunicación no mencionan", explica Al Mutawa a EL PERIÓDICO.
"Nuestro objetivo es difundir estas ideas, así como la tolerancia, la multiculturalidad y el mutuo respeto". El creador de Los 99, a los que llama "mis chicos", conoce lo que implica ser perseguido por razones políticas o religiosas. Durante su estancia en Nueva York, tuvo que tratar a prisioneros de la primera guerra del Golfo que habían sido torturados.
Al Mutawa es consciente de que su intento por personificar los poderes atribuidos a Alá puede molestar a los extremistas musulmanes, pero eso no le preocupa. "No es una publicación religiosa, sino basada en la historia y la cultura islámicas", insiste.
La serie ya ha recibido el visto bueno de líderes religiosos musulmanes de gran parte del mundo, e incluso un banco islamista de Bahrein ha invertido en el proyecto 25 millones de dólares. Y es que Al Mutawa sabe cómo vender bien su idea. Se dice de él que suele mostrar a los ricos banqueros de la región un recorte de prensa que explica cómo un extremista islámico palestino vendía libros para niños con pegatinas que mostraban a los suicidas como héroes.
Al Mutawa, al contrario, cree en el arte como vía para acercar culturas. Por eso se siente próximo a John Lennon, de quien dice: "Demostró que un artista puede cambiar el mundo". De Lennon se queda con la frase: "La vida es lo que te ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes". Sus planes son ahora preparar el salto de Los 99 a la televisión.