Piden el reconocimiento de sus bienes incautados, valorados en 100.000 millones de euros
La Asociación Orden Soberana del Temple de Cristo, que asegura ser la heredera de los míticos templarios, ha presentado una demanda contra el Papa, al que exigen la rehabilitación de la orden, suspendida por Clemente V en 1307, así como el reconocimiento de sus bienes incautados, valorados en 100.000 millones de euros de 2008.
La demanda, interpuesta en los Juzgados de Madrid contra Benedicto XVI por vía de la Nunciatura Apostólica en España, solicita la revisión del proceso que terminó con la suspensión de la orden templaria hace ya 700 años.
La denuncia, formulada en contra de la persona física del Papa como sucesor de Clemente V, y no como jefe del Estado del Vaticano, deja claro que los actuales templarios no desean la restitución patrimonial de lo expoliado en el siglo XIV, que alcanzaría actualmente los 100.000 millones de euros.
No pretenden la quiebra
"No pretendemos en ningún caso producir la quiebra económica de la Iglesia Romana", añade el escrito, "sino que el tribunal pueda hacerse una idea de la magnitud de la operación tramada contra nuestra Orden".
Según la Asociación Orden Soberana del Temple de Cristo, legalmente inscrita en el registro de asociaciones, los templarios tenían censados 9.000 propiedades en toda Europa, sin contar los derechos sobre tierras, pastos, molinos y derechos portuarios, incluidos barcos de transporte y de guerra.
En el siglo XIV los templarios, que contaban con más de 15.000 caballeros en toda Europa, tenían propiedades en España, Francia, Inglaterra, Portugal, Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Polonia.
Pendientes del recurso de apelación
La demanda está pendiente de que se resuelva el recurso de apelación interpuesto por la orden del Temple ante la Audiencia Provincial de Madrid después de que no fuera admitida a trámite en primera instancia.
En su primer auto, la jueza negó la admisión a trámite por falta de jurisdicción, al entender que no correspondía a su tribunal pronunciarse sobre hechos ocurridos hace 700 años "al ser materia propia de historiadores".
Los templarios demandan al Papa por su disolución
El Papa, de vacaciones en los alpes italianos, almorzó ayer con una noticia entre curiosa e inquietante que pretende remover la discutida historia de la Iglesia católica. La Asociación Orden Soberana del Templo de Cristo, que asegura ser heredera de los míticos templarios, ha presentado una demanda contra el obispo de Roma, al que exigen la rehabilitación de la orden, suspendida por el papa Clemente V en 1307 cuando el entonces rey de Francia, Felipe IV, le convenció de lo herejes que eran y de paso se quedó con sus tierras.
Para rematar la denuncia, reclaman al Pontífice el reconocimiento de los bienes decomisados, valorados en la nada despreciable cifra de 100.000 millones de euros. Esta cantidad incluye las 9.000 propiedades que, aseguran, tenían en Europa, sin contar los derechos sobre tierras, pastos, molinos y derechos portuarios, incluidos barcos de transporte y de guerra, cuya amortización con el paso de los siglos quizá haya mermado algo su valor.
En la denuncia, presentada en los juzgados de Madrid, los hijos de los templarios aseguran no tener intención "de producir la quiebra de la Iglesia" y afirman que no buscan que se les devuelva lo que creen suyo, sino que el tribunal entienda "la magnitud de la operación tramada" contra la institución. La demanda no fue admitida en primera instancia y la orden espera que se resuelva el recurso interpuesto ante la Audiencia Provincial de Madrid.
ESCRIBIR, LEER Y PASEAR
Mientras, Benedicto XVI aprovecha su descanso estival para escribir el segundo volumen de su libro Jesús de Nazaret. Según el Vaticano, el Papa dedica las mañanas a la lectura y a pasear con su hermano Georg, también sacerdote, y las tardes, a tocar el piano.