Las fuerzas de seguridad iraquíes seguirán usando varillas de zahorí disfrazadas de aparato de alta tecnología para detectar explosivos en los controles de calles y carreteras, según informa The Guardian. El Gobierno de Bagdad ha gastado hasta el momento más de 85 millones dólares en la compra de esos equipos a la compañía británica ATSC, cuyo gerente, Jim McCormick, está en su país en libertad condicional ante la sospecha de las autoridades de que el producto sea un fraude.
Reino Unido prohibió a finales de enero la exportación a Irak y Afganistán del ADE 651, consiste en una empuñadura y una varilla, carece de batería u otra fuente de energía y de componentes electrónicos, se carga al caminar el operador y, si hay explosivos cerca, la varilla apunta a ellos. El dispositivo, cuyo precio por unidad oscila entre los 11.000 y 40.000 euros, funciona "según los mismos principios que la ouija", en opinión del teniente coronel retirado Hal Bidlack, de la Fuerza Aérea de EE UU. La posibilidad de detectar explosivos mediante este ingenio es equiparable a la de hacerlo por azar, a pesar de lo cual el responsable iraquí para el control de explosivos, general Jehad al-Jabiri, lo prefiere a los perros adiestrados porque los registros con éstos son más lentos. Le da igual, por lo visto, que los perros detecten bombas y el ADE 651 no.
El Gobierno iraquí anunció ayer que ha sometido a pruebas los detectores de este tipo de que dispone y descubierto que la mitad de ellos no funciona. "La mayoría de los dispositivos son auténticos y aptos para el uso, pero algunos son falsificaciones, no funcionan, y han sido retirados y sustituidos", ha explicado el portavoz gubernamental Ali al-Dabbagh en un comunicado. Ninguna fuente aclara si se trata de falsificaciones del ADE 651 o de dispositivos de otras marcas que Bagdad también habría adquirido. Da igual porque tanto el aparato británico como otros similares que se comercializan no funcionan, no son más que antenas de automóvil colocadas en cajas de plástico, y las pruebas que dice haber hecho son tan dignas de crédito como el criterio de su responsable para el control de explosivos . El diario The Times ha comprobado, por ejemplo, que el ingenio es incapaz de detectar material pirotécnico dentro de una bolsa de papel a unos metros de distancia, cuando sus fabricantes dicen que lo hace a varios cientos de metros.
Luego habrá quien diga que el pensamiento mágico es inofensivo: que se lo pregunten a los parientes de los cientos de personas que han muerto durante los últimos meses en explosiones en Irak gracias a que su Gobierno confía en el zahorismo para detectar bombas.