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El Opus Dei pierde poder en la política gallega pero se refuerza en la Iglesia

A diferencia de otros tiempos, el Opus Dei ya no tiene colocado a ninguno de sus miembros en el Gobierno de la Xunta «El Opus ha perdido peso en la universidad y el mundo empresarial»

“El Opus Dei ha perdido bastante poder en la sociedad, tanto aquí como en España y lo está intentado ganar en la Iglesia”. Quien así opina es un miembro que ha conseguido salir hace unos años pero sigue atento a todos los pasos que dé la Obra en su camino para captar adeptos. “No volvería de ninguna manera. Yo conseguí salir en poco tiempo porque era una persona adulta, pero hay jóvenes que sufren verdaderas presiones y lo pasan fatal. Quizá sea de manera inconsciente, pero la Obra hace un verdadero lavado de cerebro a la gente para que no se marche. Los más débiles lo pasan fatal y acaban con problemas psicológicos muy serios. Hay una carencia total de libertad y un control de las personas con un planteamiento doctrinal fundamentalista”. Esta fuente de acreditado prestigio prefiere mantenerse en la trinchera del anonimato porque “no es cuestión de ser desagradecido con mucha gente” con la que convivió durante muchos años.

“El Opus Dei ha tenido mucho poder, claro que había un nivel intelectual mucho más elevado. Ha ido deteriorándose y ha perdido peso. Se ha mediocrizado y en esta sociedad secularizada no encuentra eco en sus planteamientos involucionistas”. El responsable de conunicación del Opus Dei, Jaime Cárdenas del Carre, confirma que la Obra ya no apunta tan alto: “La verdad es que no sé cuántos miembros pertenecen a la élite. La mayor parte, aunque lo digo a ojo, son de clase media porque es lo que sociológicamente hay. La radiografía de la Obra se corresponde con la de la sociedad porque no solo se dirige a las clases más altas, sino que pretende llegar a todas”.

“En la universidad han perdido peso, en el Gobierno de la Xunta no hay nadie que pertenezca al Opus Dei y en los puestos altos de las finanzas o del mundo empresarial tampoco”, aprecia el ex nunerario.

“Es cierto que ningún conselleiro del actual Gobierno es del Opus Dei”, confirma Jaime Cárdenas, como sí sucedió en otros tiempos. “Se ha dicho que el conselleiro de Industria, Javier Guerra, pertenecía al Opus Dei solo porque llevaba a sus hijos a un colegio gestionado por la Obra. Pero eso ha pasado con muchas personas que solo buscan la mejor educación para sus hijos o tienen algún contaco”, reflexiona Cárdenas. La educación y las asociaciones a favor de la familia son ahora el caladero para pescar vocaciones. “Algo todavía mueven porque han conseguido que la Xunta subvencione centros que segregan por sexo”, opina un ex cargo del Gobierno bipartito que tiene a familiares enrolados en el Opus Dei. “A la Obra también le queda refugiarse y hacerse fuerte en la Iglesia con una escasez de vocaciones tremenda. Ahí es donde están creciendo, sobre todo desde que el Papa Juan Pablo II los acogió e incluso llegó a canonizar a Josemaría Escrivá de Balaguer”, añade el ex miembro de la Obra. “Aquí es difícil que recuperen el poder que tenían. Pero atentos a EEUU, allí están creciendo”.

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