La Iglesia católica alemana atraviesa una grave crisis a raíz del escándalo de abusos sexuales consumados y ocultados durante décadas en escuelas e internados de todo el país. Distintos estudios publicados ayer revelan que un fiel de cada cuatro piensa abandonar la Iglesia.
Una encuesta que realizó el instituto Forsa, una de las mayores empresas de sondeos de Alemania, avala este dato y añade que el 77% de los encuestados tienen la impresión de que la jerarquía católica intenta ocultar todavía los escándalos sexuales del clero.
Las deserciones ya son visibles. En el obispado de Bamberg, en el que hasta hace poco tiempo las bajas no superaban los 200 o 300 fieles al mes, se han contabilizado 1.400 durante marzo; en Würzburg, han pasado de 400 a más de 1.200. En Augsburgo, las bajas desde principios de año suman ya más de 4.300 fieles. En Ratisbona, se han multiplicado por cinco.
Muchos diarios señalaron ayer que esta desilusión se podría traducir en un notable daño económico, ya que se han disparado también las bajas en la tributación voluntaria para la Iglesia católica.
