Según el tribunal andaluz, el texto «ataca todo lo que se sale de lo considerado como tradicional»
Las sentencias del Supremo que tumbaron, en febrero de 2009, la objeción de conciencia a Educación para la Ciudadanía dejaron una rendija abierta al sugerir la posibilidad de recurrir manuales concretos. Y eso es lo que hizo la familia de Bollullos del Condado (Huelva) ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el mismo que previamente había autorizado a su hijo a no asistir a clase.
Ahora, ese mismo tribunal, aprovechando también esa rendija, ha declarado “adoctrinador” el libro que usa el instituto al que acude el pequeño, que vuelve a estar exento de cursar la asignatura mientras se imparta con ese manual, editado por McGraw Hill.
“[El texto] ofrece una visión parcial del ser humano, de sus valores, inexacto en sus apreciaciones, atribuyendo méritos cuestionables cuando menos a determinadas etapas de la historia e ideologías centrándose exclusivamente en la cosmovisión de la izquierda”, sostiene la sentencia, que incluye un voto particular con argumentos demoledores.
Según el TSJA, el manual ataca y es poco respetuoso con todo lo que se sale de lo considerado como “tradicional”, cree que la familia aparece “marginada” dentro del proceso educativo, considera que la religión siempre se menciona en un sentido “represivo y sectario”, puede asumir contenidos del “feminismo radical” y cuestiona la “normalidad” de determinadas opciones como la homosexualidad.
Intolerancia hacia los gays
“No se puede transmitir a un joven como conducta éticamente correcta lo que hoy y más recientemente en España, en cuestiones tales como el matrimonio, la posibilidad de adopción y las reivindicaciones de colectivos de esta tendencia, es controvertido y que incluso, caso del matrimonio entre personas del mismo sexo, se halla pendiente de resolución ante el Tribunal Constitucional”, añade la sentencia, en referencia al recurso presentado por el PP.
Los magistrados de la conocida como sala vaticana del TSJA llegan a reprochar al autor del manual que hable en pasado de la pena de muerte con la que todavía hoy algunos países castigan la homosexualidad. Esa misma sala ya manifestó su intolerancia contra los gays en una sentencia, de mayo de 2008, que anulaba tres expresiones y una frase de los decretos de la Junta de Andalucía que desarrollan los contenidos de la asignatura.
El tribunal también censuraba en esa sentencia, tumbada posteriormente por el Supremo, la “ideología de género”, una expresión acuñada por los obispos, que ahora también vuelve a cuestionar, aunque de forma indirecta.
Situación “rocambolesca”
Los magistrados ultraconservadores Enrique Gabaldón y Victoriano Valpuesta rubricaron ambas sentencias, ninguna de ellas aprobada por unanimidad. Tanto en una como en otra, dos jueces manifestaron su disconformidad, uno de ellos Eloy Méndez. En esta ocasión, ese mismo magistrado no sólo rechaza que el manual sea adoctrinador, sino que afirma directamente que lo que le molesta a la familia no es que se expongan las tendencias progresistas tendenciosamente, sino simplemente el hecho de que se expongan. “No puede ser adoctrinador un libro que favorece el debate”, sostiene.
Además, destaca lo “rocambolesco” de la situación: “Resultaría que a un alumno se le autoriza a no asistir a clase para evitar que se le adoctrine, mientras que a los demás alumnos se les seguiría instruyendo y educando (y adoctrinando) con dicho manual”. El magistrado, a cuyo voto particular se ha adherido Guillermo del Pino, afirma que la familia saca las frases fuera de contexto y que, a lo sumo, el manual podría ser “atrevido”. “Pero es que los tiempos actuales son también atrevidos”, añade. La Consejería de Educación recurrirá la sentencia.