Finalmente, las chicas de 16 y 17 años tendrán que avisar a sus padres de su intención de abortar
El Pleno del Congreso ha aprobado hoy el proyecto de reforma de la Ley del Aborto, que sitúa en los 16 años la mayoría de edad para decidir sobre la interrupción del embarazo y lo liberaliza hasta las 14 semanas, con 184 votos a favor, 158 en contra y una abstención.
La nueva Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo pasará por el Senado para su aprobación definitiva, respaldada por PSOE; PNV; ERC-IU-ICV; BNG; Na-Bai y CDC, y rechazada por PP, UPyD, UPN, CC y UDC.
En el texto, modificado por siete partidos, destaca la enmienda acordada entre el PSOE y el PNV para que las chicas de 16 y 17 años tengan que informar a sus padres de su decisión de abortar, excepto en los casos en los que pueda suponerles "violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones o malos tratos".
La objeción de conciencia
La ley reconoce, por primera vez, de forma explícita, el derecho de los profesionales sanitarios a ejercer la objeción de conciencia. Eso sí, el derecho siempre será individual, se deberá manifestar con anterioridad y por escrito y se restringirá a "los profesionales directamente implicados en la interrupción voluntaria del embarazo".
La norma pretende, por otro lado, garantizar el derecho de la mujer a abortar en un centro público. Si el servicio público "no pudiera facilitar en tiempo la prestación", se reconoce el derecho de la mujer a "acudir a cualquier centro acreditado en el territorio nacional, con el compromiso escrito de asumir directamente el abono de la prestación". Actualmente, sólo el 2% de los abortos se realizan en centros públicos.
Además, la sanidad pública incluirá en su cartera de servicios los anticonceptivos más modernos. Esto significa que financiará un 60% de su coste, como hace con los medicamentos comunes. Aún está por definir la lista de anticonceptivos subvencionados.
La ley también establece que los estudiantes de medicina reciban formación específica sobre las interrupciones voluntarias del embarazo. Además, se impartirá salud sexual y reproductiva en los colegios.
Tenso debate en el Pleno
Durante el debate en el Pleno, la diputada socialista Carmen Montón comenzó su intervención diciendo que "los avances sociales nunca han sido fáciles y menos los que conciernen a los derechos de las mujeres". "Hoy me siento orgullosa de vivir en este tiempo y en este país, con un Gobierno comprometido con la igualdad", agregó.
Montón destacó que esta ley respeta "el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad" y da cumplimiento a "una histórica reivindicación de tantas feministas" y defendió que el objetivo de la norma es "que sean menos las mujeres que abortan y que las que lo hagan sea con más información, con más garantías y con más seguridad".
Desde las filas del PP, Santiago Cervera, argumentó que la nueva norma no tiene "ni consenso social, ni profesional y ni político". "Es una ley de unos contra otros, es una ley del mínimo parlamentario", sentenció.
El diputado navarro, médico de profesión, criticó que el Gobierno haya reformado la ley sin "demanda social", sin estar incluida en el programa electoral del PSOE y con la única intención de "recuperar el control de la agenda política". "Lo único que han conseguido es dividir, excluir y crispar", aseveró. Cervera recalcó que "el aborto no puede ser entendido como una solución rutinaria" y que "la vida del no nacido merece ser protegida y no puede depender del libre albedrío de nadie".