Las mujeres no creyentes, de nacionalidad española o con un alto nivel educativo utilizan más los anticonceptivos que las mujeres creyentes, inmigrantes o con un bajo nivel educativo. Son las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. El trabajo, elaborado a partir de la Encuesta de Fecundidad del CIS, en 2006, se presentó en el último congreso de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas) y es el primero en España que investiga a fondo estas diferencias. Un 60% de las mujeres con creencias religiosas -todas en edad fértil, entre los 15 y los 49 años- utilizó algún tipo de anticonceptivo (el método más frecuente en las primeras relaciones es el preservativo), frente a un 74% de las no creyentes. "Es la primera vez que se hace esta pregunta en una investigación", explica Dolores Ruiz, una de las autoras.
Isabel Serrano, ginecóloga y presidenta de la Federación Estatal de Planificación Familiar, duda de que las mujeres católicas sigan al pie de la letra los preceptos de la Iglesia, que condenan el uso de preservativos y otros métodos de anticoncepción no natural. "Por un lado van las ideas religiosas y por otro va la práctica. Siempre ha existido una minoría muy militante que no utiliza preservativos, sino otros métodos como el del ritmo, pero son pocos", opina. Sin embargo, Serrano sí cree que la religión influye en el comportamiento de las mujeres inmigrantes, sobre todo en el caso de las que proceden de países islámicos. "Tienen más reticencias", resume.
Algo que dejan patente los datos, sean las mujeres católicas, musulmanas o sin creencias religiosas, es que el nivel educativo es fundamental en la planificación familiar y la salud sexual y reproductiva. A más años de educación, mayor frecuencia de uso de anticonceptivos. Sólo el 66% de las mujeres que no han acabado la educación primaria se protege con anticonceptivos. Son un 10% menos que las que han acabado la primaria. Y casi un 16% menos que las que concluyeron la secundaria. Gloria Pérez, también autora del estudio, explica que la importancia de la educación tiene que ver con una situación de vulnerabilidad. "Esas mujeres [de menor posición socioeconómica] tienen menos habilidades y recursos para negociar con su pareja".
Una cuestión cada vez más relevante en el caso de España es la situación de las inmigrantes. Son las más vulnerables porque, en muchos casos, acumulan varios factores de riesgo: tienen menos recursos económicos, menos nivel educativo, no conocen el sistema sanitario ni, muchas veces, el idioma.