Una asociación dice que “una docena de musulmanas” lleva burka en la ciudad
El Ayuntamiento de Lleida debatirá en el pleno que se celebrará el próximo 28 de mayo si se debe prohibir el uso del burka en los espacios públicos de la ciudad. La iniciativa parte de una moción del grupo municipal de CiU, presentada días después de que el alcalde, Àngel Ros (PSC), hiciera unas declaraciones en la televisión local en las que se mostraba partidario de prohibir el uso del velo islámico integral porque "atenta contra la igualdad entre hombres y mujeres", y eso es "intolerable".
La comunidad musulmana de Lleida está dirigida por un imán salafista de tendencias radicales que no es del agrado de todos sus fieles. Algunos de ellos le acusan de dañar la integración.
Críticas al imán
En la actualidad, "habrá una docena de musulmanas que llevan el burka por la calle, y un número más elevado en la provincia", confirmó ayer Omar Charah, presidente de la asociación magrebí Atlas, de corriente sunita moderada, muchas veces enfrentada con las tesis del imán. Este colectivo salafista es "el que, por ejemplo, obliga a los hospitales a que las revisiones ginecológicas a sus mujeres se las hagan médicos mujeres", añade Charah.
La asociación Atlas ha hecho público un comunicado en el que apoya la postura del alcalde. Entre sus motivos, el edil destaca que puede convertirse en un problema de seguridad. Sin embargo, desde Atlas piden "que no se confunda el burka con el hijab [el pañuelo con que algunas mujeres se cubren la cabeza], porque éste último es un signo cultural y religioso del Islam más moderado". También alertan sobre el riesgo de que los grupos más radicales puedan aprovechar la polémica con fines partidistas.
Ros está dispuesto a apoyar la moción de CiU si su redactado está en consonacia con lo que él defiende y se halla dentro de la legalidad vigente. Sin embargo, el alcalde plantea dudas sobre el ámbito competencial. La pregunta es si un ayuntamiento tiene capacidad para prohibir el uso del burka en los espacios públicos.
Esta cuestión debe estudiarse jurídicamente para saber si pueden incorporarse a la Ordenanza de Civismo y Convivencia elementos que prohíban determinados comportamientos en espacios públicos.
Otra opción planteada por el primer edil es "instar a otras administraciones con poder legislativo, es decir, a parlamentos, para que se pronuncien sobre la prohibición del burka". Como responsable político, "es mi obligación marcar y dar opinión, y ahora la he dado sobre el tema del burka", añadió.