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«Mi marido era normal cuando lo conocí»

Una mujer francesa cuenta cómo escapó de su esposo, que le impuso el niqab

El debate en Francia sobre una ley antiburka, propulsado por Sarkozy, tiene a sus "mujeres con burka" oficiales. Están adaptadas a los objetivos de los conservadores: son el prototipo de francesas conversas tardíamente al islam, sometidas al rigor ultratradicionalista y dispuestas a hablar en público afirmando estar convencidas de que, con el burka, son más puras que las francesas de a pie.

En medio de esa visión parcial televisada, acaba de irrumpir una voz razonable. Se trata de Zeina, pseudónimo de una mujer que oculta su identidad. Lo hace porque tuvo que escapar de su casa con su bebé. Su marido se escudaba en una supuesta fe islámica para obligar a Zeina a llevar el niqab, el velo integral.

Zeina vivió el calvario de las palizas, de la obligación del niqab y del encierro en un piso. Hoy vive y trabaja libremente, sin velo, en un oficio de atención al cliente. Acaba de publicar, con ayuda de la autora Djenane Kareh Tager, el libro Sous Mon Niqab.

"Mi marido era normal cuando lo conocí. No tenía nada de religioso", explica. Entonces ¿el príncipe le salió rana? "Algo así. Fue un auténtico amor a primera vista. Nos enamoramos rápido, nos casamos y me quedé embarazada".

Las cosas empezaron a cambiar. "Comenzó a ir a la mezquita, cada vez más. Cuando íbamos al mercado y nos cruzábamos con una mujer con velo integral, me decía que sentía admiración, porque esa mujer sí respetaba a su marido. Una vez me dijo: Esa mujer es perfecta comparada contigo'. Y empezaron las palizas", explica.

"Me dijo que quería que me cubriera el cabello. Me puse durante unos meses el hiyab, que cubre el flequillo y la nuca. Luego ya me trajo un día el niqab… Claro que en ese momento yo ya salía poquísimo de casa", cuenta.

Sólo una casualidad cambió las cosas. "Un día, salí al rellano de la escalera sin el velo que cubre el rostro. Y una vecina vio las marcas de los golpes. Me dijo que no tenía que soportar eso. Durante semanas estuvo insistiendo". Al final, Zeina se escapó con su bebé y puso denuncia.

La simple pregunta sobre el proyecto de ley antiburka en tramitación en Francia la irrita. "La ley hará que los maridos tengan aun más motivos para encerrar a las mujeres. Si yo fuera uno de esos diputados, no dormiría tranquilo. Una ley antiburka impedirá que las mujeres pongan denuncias", explica.

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