Cabello fue bautizado por deseo propio antes de morir en el hospital de Herat
El acuartelamiento de La Isleta, en la capital grancanaria, acogió desde las 9:30 horas de esta mañana la misa funeral por el cabo Cristo Ancor Cabello Santana, fallecido el pasado miércoles en Afganistán cuando el vehículo blindado en el que viajaba pisó un artefacto explosivo que acabó con su vida y dejó heridos a sus otros cinco ocupantes.
El arzobispo castrense, Juan del Río, pidió durante la tradicional homilía a la familia del militar de 25 años que “no desfallecieran” ni se vieran afectados por “la tribulación”, además de destacar la valía profesional de Cabello Santana, de quien recordó fue condecorado con la medalla de las Naciones Unidas tras su estancia en Líbano.
“España es fuerte y no esquiva la mirada ante los graves problemas de otras naciones”, aseguró del Río, quien pidió a familiares y militares presentes “no desanimarse”, ya que “o acabamos con el terrorismo o acabaremos siendo esclavos de su intrínseca malicia”, indicó.
Tras la misa fúnebre, se procedió al tradicional homenaje a los caídos, uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, en el que sonó el himno de la muerte. A Cabello Santana le fue impuesta hoy la Cruz al mérito militar con distintivo rojo.
Cristo Ancor Cabello llevaba en el regimiento de Infanteria Soria 9 desde el año 2003, y estaba previsto que regresara a Canarias tras concluir su misión el próximo día 19 de noviembre. Hoy se ha confirmado, por parte de fuentes militares, que Cabello no conducía el BMR atacado, sino que iba como tirador.