Dos asociaciones afirman incluso que la separación evita la violencia doméstica
Para las asociaciones ultracatólicas de padres de alumnos todo son ventajas con la separación de chicos y chicas en las aulas. Por un lado, se distraen menos cuando no hay presencia del sexo opuesto, lo que favorece la faceta académica y reduce el fracaso escolar. Por otro, aumenta la tranquilidad en el aula y –atención al dato– se elimina la violencia sexista. La Concapa y la Cofapa esgrimieron ayer estos argumentos para defender el derecho de los centros que admiten solo a escolares del mismo sexo a recibir financiación pública. La contraofensiva se produce tras la retirada del concierto económico por parte del Gobierno de Cantabria al colegio Torrevello (Santander) por segregar por sexos en las aulas. Otras seis comunidades se plantean también eliminarlos.
Las asociaciones, muy beligerantes con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, sitúan en la base de sus razonamientos que más de 210.000 colegios diferenciados escolarizan a 40 millones de menores en todo el mundo. Luego echan mano de estudios para sostener que niños y niñas son distintos y maduran y aprenden a ritmos desiguales. Ellas maduran antes y, mientras que se quedan atrás en nueve puntos en el rendimiento en matemáticas, los superan a ellos en 35 puntos en escritura, lengua y comprensión lectora.
Mercedes Coloma, presidenta de la Cofapa, vinculada al Opus Dei, sostiene que los cerebros femenino y masculino, porcentualmente iguales en inteligencia, son muy diferentes en estructura y funcionamiento. "Se establece una conexión incontrovertible entre cerebro, hormonas y comportamiento", advirtió. La consecuencia, al no tener todo lo anterior en cuenta, es que los resultados pedagógicos de los chicos suelen ser peores, hasta el punto de que en los colegios públicos españoles "apenas el 50% de ellos logran el graduado escolar". "Hay que trabajar sus puntos débiles por separado, así la eficacia docente es mayor, y la presencia del otro sexo en el colegio es un factor de dispersión", remachó Coloma.
ORDEN EN LOS PATIOS
Luis Carbonel, presidente de la Concapa, fue más allá de las razones puramente pedagógicas. A su juicio, la educación mixta ni mejora la convivencia ni previene la violencia sexista "como postulan los dogmas socialistas". "Como las chicas maduran antes y además van por delante en la mayoría de las materias, ellos se sirven de comportamientos violentos para tratar de imponer su superioridad", defendió. Los argumentos de la Concapa resaltan que, aunque las peleas están a la orden del día en los patios de centros los masculinos, también las disciplina es más sencilla de imponer en ellos porque los chicos olvidan antes cualquier agravio que sus congéneres femeninas.