Doña Sofía, que no acudía desde 2006, cumple este año con la tradición representando a la familia real.
COMENTARIO: Una vez más la monarquía católica incumple la aconfesionalidad del Estado y acude institucionalmente a actos religiosos, de la iglesia católica. Además este año la presencia de la reina abunda en la relación religión y política, de la que suelen renegar, pero que es una realidad innegable, siempre, pero más aún en estos momentos de corrupción y escándalos en la familia real, que ostentan la Jefatura del Estado.
La reina cumple este año con la tradición de rezar ante el Cristo de Medinaceli. Ella es la encargada de representar a la familia real ante esta imagen, tan venerada por miles de personas. Esta comparecencia de doña Sofía no estaba prevista en la agenda de actos facilitada por la Casa del Rey y llega tras la publicación de tres entrevistas concedidas por la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amiga de don Juan Carlos, en las que ha hablado de la relación que mantiene con el Rey y las gestiones que hizo en favor de Iñaki Urdangarin para encontrarle un trabajo. La reina no acudía ante el Cristo desde marzo de 2006, con anterioridad había estado en 2001.
Los príncipes de Asturias, las infantas Elena y Cristina y hasta el propio don Juan Carlos han sido los miembros de la familia real que han cumplido con la tradición ante el Cristo de Medinaceli en los últimos años. Hacía siete años que la reina no acudía. Su presencia en este acto de carácter tan popular —hay personas que llevan varios días haciendo cola ante la iglesia— ha sido interpretado como el deseo de doña Sofía de mostrarse en púbico en un momento muy complicado para la familia real tras la segunda comparecencia de Iñaki Urdangarin ante el juez Castro y el paseo mediático de Corinna por medios nacionales e internacionales. Su visita también llega dos días antes de que don Juan Carlos sea operado de nuevo, esta vez de una hernia discal. El Rey será intervenido el domingo en la Clínica de la Milagrosa de Madrid de aquella lesión, que padecía desde hace tiempo y que se ha agravado como consecuencia de sus problemas de cadera. Esta será la duodécima operación de don Juan Carlos desde los años ochenta y la sexta en menos de tres años.
La presencia de la Reina en los últimos días en actos públicos ha sido muy escasa. Hoy algunos devotos del Cristo de Medinaceli que aguardaban para cumplir con el culto aseguraban. "No nos extraña que venga ella este año… tiene muchos motivos para rezar".
Los creyentes sostienen que en un viernes como este se pueden pedir tres deseos al Cristo y que este al menos concede uno. La reina se crio en la fe ortodoxa, pero se convirtió al catolicismo al casarse con don Juan Carlos. Su boda, de hecho, se celebró bajo los dos ritos.
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