Un informe revelaría luchas de poder, malversaciones, relaciones homosexuales…
El 17 de diciembre pasado Benedicto XVI recibió un dossier de casi 300 páginas, dividido en dos tomos, que guardó en la caja fuerte del apartamento pontificio. Era el informe completo de la investigación sobre la fuga de documentos robados del despacho del Papa (el llamado 'Vatileaks') realizada por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. Tres cardenales, todos mayores de 80 años, y que conocen muy, muy bien como funciona la curia.
El contenido de ese informe, según asegura el diario 'La Repubblica', sería demoledor. Hasta el punto de haber convencido a Benedicto XVI de que tenía que dimitir para posibilitar que un Papa más joven y enérgico llegue al Vaticano y se encargue de hacer limpieza a fondo. Porque ese informe revelaría luchas de poder, malversaciones económicas, relaciones homosexuales…
"Todo gira en torno a la observación del sexto y séptimo mandamiento", asegura el periódico italiano citando a una persona muy próxima a uno de los autores del informe. "No cometerás actos impuros", proclama el sexto mandamiento; "no robarás", dice el séptimo.
El artículo de 'La Repubblica' recuerda como ya en 2010 salió a la luz un escándalo que dejó traslucir la existencia de seminaristas que se prostituían, de un miembro de un coro vaticano que ejercía como proxeneta…
La historia tenía como protagonista a Angelo Balducci, entonces 'gentiluomo' del Papa y presidente del Consejo Nacional italiano de Obras públicas. Estaba siendo investigado por corrupción y los jueces le pincharon el teléfono. Y descubrieron así que hablaba con frecuencia con un miembro del coro de la Reverenda Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano (un nigeriano llamado Chinedu Thiomas Eheim) que le ofrecía servicios sexuales con jovencitos, seminaristas incluidos.
"Sólo te digo que mide dos metros, pesa 97 kilos, tiene 33 años y es completamente 'activo'", aseguraba el miembro del coro vaticano a Balducci en una de las conversaciones interceptadas.
Los encuentros sexuales, según asegura 'La Repubblica' citando la investigación judicial, tenían lugar en una villa a las afueras de Roma, en una sauna, en un centro estético, en el propio Vaticano y en una residencia universitaria. Esta última, según el periódico, es el domicilio en Roma de Marco Simeon, un joven de 33 años que ha acumulado un enorme poder a la sombra de la cúpula de San Pedro, y que hasta hace pocos días fue director de Rai Vaticano.
'La Repubblica' habla de la posible existencia dentro del Vaticano un 'lobby gay' . «Una red transversal unida por la orientación sexual. Por primera vez la palabra 'homosexualidad' ha sido pronunciada, leída en voz alta de un texto escrito, en el apartamento de Ratzinger. Y por primera vez se ha hablado, aunque en latín, de la palabra chantaje: 'influentiam'", recoge el artículo del diario italiano, haciéndose eco de lo que la comisión de tres cardenales habría expuesto al Papa en sus conclusiones finales.
Benedicto XVI decidió ese día que debía dimitir, siempre según el diario italiano. "El informe se lo entregará al próximo Papa, que deberá de ser lo bastante fuerte, joven y santo para poder afrontar el trabajo que le espera".
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