La Iglesia católica se ha rebelado por el asunto del IBI. Argumentan sus próceres que ella da muchos servicios y que si se valoraran el Estado les debería la tira. Primero, siempre creí que tal institución hacía el bien sin esperar remuneración. Segundo, no deberíamos, en un Estado laico, permitir que se apropiaran de lo que debería ser justicia social y no caridad, como hacen ellos; deberíamos habilitar los medios necesarios y no depender de que una institución quiera o no atender a los necesitados. Tercero, los colegios religiosos deberían autofinanciarse; si eso supone que hay que poner más en la educación pública para que todo el mundo tenga acceso a un colegio adecuado, estoy dispuesto a colaborar y a indicar de dónde se puede sacar dinero, aunque me temo que ya se sabe pero no se quiere.
El silencio cómplice de la iglesia católica ante el abuso sexual · por Ghina Castrillón Torres
Aprovecho la polémica que señala al padre Francisco de Roux de encubrir un caso de pederastia cometido por…