El religioso, acusado de abusos en colegios entre 1960 y 2000 y retirado en El Escorial, fue denunciado en 2021 por el padre de un chico, al que abordó en un pinar. El caso fue archivado, pero un vídeo muestra cómo da masajes a otro menor
Marino González, un hermano marista acusado de pederastia entre 1960 y el 2000 por una veintena de antiguos alumnos de colegios de la orden, ha seguido intentando abordar menores, incluso en su retiro en una residencia de El Escorial (Madrid), donde vivía apartado por la congregación. El padre de un niño de 12 años de este municipio lo denunció en abril de 2021, unos meses antes de que este periódico sacase a la luz el caso y revelase cómo los maristas habían ido trasladando al hermano Marino durante cuatro décadas, de colegio en colegio. El religioso abordó a su hijo en un pinar de la localidad, cerca de la residencia marista, le acarició los pezones y le propuso acompañarle a un sitio más tranquilo para ayudarle a relajarse.