Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
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Cuando éramos niños, al menos en aquella época y en barrios como el mío, nuestros juegos eran un poco brutos. Si el juego consistía en pillar a alguien, el momento en que se le atrapaba, entre la resistencia del pillado que intentaba zafarse con un último tirón y el afán opuesto del que pillaba en que no se le escapase la presa, era un trance de tal fogosidad que no era raro que la presa acabase arrastrada por el grijo del suelo (mi generación se crio con mercromina en las rodillas). Las madres solían desgañitarse porque el agarrón al jersey de la presa, mientras uno trataba de soltarse y otro de no soltar, estiraba y daba de sí la prenda. Cuando estiramos demasiado una prenda de vestir, pierde, como se dice ahora, resiliencia. Es decir, después de dada de sí, ya no recupera su forma original y se hace una vestimenta desaliñada. De esto va la guerra cultural que proclama a los cuatro vientos Espinosa de los Monteros. De esto va también la normalización de la brutalidad, ese paso que va de decir que Irene Montero está donde está por ser la mujer de Iglesias (insulto estándar) a decir que está donde está porque se la chupa a Iglesias (paso a la brutalidad).