La prohibición contra las trabajadoras humanitarias ha supuesto que en torno a 150 ONG, claves para la redistribución de la ayuda –generalmente en efectivo, debido a las sanciones de Estados Unidos contra el movimiento fundamentalista– que la ONU entrega al país, hayan tenido que suspender parcialmente sus tareas y generado una situación de alarma en pleno invierno que ha motivado la inminente visita de Griffiths a Afganistán para discutir la situación con responsables humanitarios.
Asimismo, los vuelos de Naciones Unidas que transportan dicha ayuda han quedado parcialmente suspendidos a la espera de que los talibán rectifiquen su conducta.
«Sin mujeres que trabajen no podemos cumplir nuestras promesas a la gente, principal objetivo de la ayuda humanitaria. Va más allá de ser una cuestión de derechos. Es una cuestión práctica», ha explicado en declaraciones a la cadena BBC.
En la misma entrevista, Griffiths ha matizado que el veto talibán no parece ser generalizado, pero sí lo suficientemente extendido como para que la ONU se esté replanteando el programa de ayuda. «Ahora mismo hay lugares del país donde las mujeres parece que pueden trabajar. Pero no quiero especular qué hacer con un veto que no se está aplicando de manera universal. Ahora mismo, no veo cómo podemos seguir con esta situación», ha indicado.
En relación a un polémico mensaje publicado el mes pasado por el Banco Central de Afganistán sobre el presunto desvío de fondos humanitarios, Griffiths ha aprovechado para repudiar las «calumnias» inútiles de que los talibán están socavando la ayuda humanitaria de la ONU al establecer agencias de ayuda falsas que luego desvían la ayuda para uso del movimiento fundamentalista.
Da Afganistán Bank aseguró que había recibido tres inyecciones de efectivo separadas de 40 millones de euros para «ayuda humanitaria», el 29 de noviembre, el 5 de diciembre y el 6 de diciembre, y cada entrega se transfirió directamente «a un banco comercial», según hizo saber en una publicación en Twitter que despertó dudas sobre la transparencia financiera de este proceso.
«El dinero está numerado, etiquetado y utilizado para los fines para los que se entrega. Es utilizado por las agencias humanitarias del sistema de la ONU», ha asegurado Griffiths en respuesta.
«Y no estoy de acuerdo», ha añadido, «con la idea de que los talibán dependan de la financiación internacional para su supervivencia» porque «ya están recaudando dinero a través de impuestos, a través de todo tipo de fuentes y de su administración de Afganistán».