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El médico Jesús Poveda, detenido por participar en el acoso a la Clínica Dator. Foto: Álvaro Minguito

Los antiabortistas desafían la reforma del Código Penal y vuelven a acosar frente a la clínica Dator

Este 28D, Día de los Santos Inocentes, la Asamblea Feminista de Tetuán vuelve a convocar una concentración frente a la clínica Dator para impedir el acoso a las mujeres que se dirigen a abortar.

El 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, es el día en el que, según la tradición judiocristiana, el rey Herodes mandó asesinar a niños y niñas en Judea. Ese día, activistas antiabortistas bloquean el paso en la clínica Dator, una de las seis existentes en Madrid con derecho a realizar prácticas para la interrupción del embarazo. En respuesta, y desde hace tres años, las feministas de la Asamblea de Tetuán, con la ayuda de otros barrios, convocan una concentración autorizada para que las mujeres puedan acceder a este centro. 

Este 28D ha sido algo diferente. El pasado seis de abril el Senado refrendaba la reforma del código penal que impide el acoso frente a clínicas abortivas y las feministas allí congregadas han notado algún efecto. Pero, aún así esta reforma, que incluye penas de tres meses a un año de prisión, “deja muchas cosas en el aire”.

“La ley no especifica el perímetro en el cuál no deben acercarse a la clínica. Ahora mismo estoy viendo a cuatro rezando, aunque apartados”

“La ley no especifica el perímetro en el cuál no deben acercarse a la clínica. Ahora mismo estoy viendo a cuatro rezando el rosario, aunque apartados”, expresa Ruth Portela, de la Asamblea Feminista de Tetuán, que lleva desde las 9 de la mañana defendiendo el derecho al aborto y, en este tiempo, ha visto como el doctor Jesús Poveda, famoso médico antiabortista, ha sido detenido por apostarse cerca de la puerta de entrada. “También nos han tirado muñecos con forma de feto”, cuenta Portela.

Mientras una treintena de mujeres allí congregadas celebran una acción simulando El Cuento de la criada, un grupo de antiabortistas celebran una vigilia a las puertas de un local, creado el pasado 8M frente a la clínica Dator, que con letras grandes se autodenomina “Refugio ProVida”. “El aborto no es la única opción”, se lee en su fachada, mientras las mujeres hacen frente con carteles que indican “Sobre mi cuerpo decido yo”.

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Mujeres con carteles frente al local inaugurado el 8M por el movimiento antiabortista. Álvaro Minguito

“Estamos aquí para denunciar, pero sobre todo estamos aquí para defender la libertad de decidir sobre nuestros cuerpos. Porque la maternidad debe ser un proyecto libre y deseado. Y obligar a parir a quien no desea hacerlo es una forma de violencia hacia las personas con la capacidad de gestar”, han expresado las feministas en un manifiesto en el que se ha recordado los peligros del auge de la extrema derecha en España y “en muchos otros países, como se vio el verano pasado con la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU”, para los derechos de las mujeres. “Como ejemplo de ello se puede ver que en España el Consejo General del Poder Judicial cuestiona aspectos de la reforma de la ley del aborto y proponer volver a imponer el periodo de reflexión”, advierten.

Portela valora que la nueva ley de salud sexual y reproductiva deja varios puntos en el aire. “Es lo que ocurre con la educación afectivo sexual, fijada como obligatoria en todas las etapas educativas, pero la forma de implantarlo lo deja al criterio de cada centro público, concertado o privado. Los centros religiosos se lo van a saltar”, advierte.

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Feministas realizando la acción sobre El Cuento de la Criada. Santi B.

Otra de las cuentas pendientes para ejercer libremente este derecho es el fomento de la realización de estas prácticas en la sanidad pública, lo que también impediría el acoso que se vive en las puertas de las clínicas. “Si es un derecho tiene que ser cubierto por la sanidad pública y además se evitaría el acoso porque los grupos antiabortistas no van a ir a acosar a las puertas del Hospital La Paz”, expresa Portela, mientras añade que permanecerán allí apostadas todo el día, en una defensa simbólica pero también efectiva para que este derecho sexual se materialice.

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