El periodista aguarda la decisión sobre su posible extradición a EEUU encerrado en la cárcel de Belmash, conocida como «el Guantánamo británico». Una ola de solidaridad llega desde varios puntos del mundo para exigir su libertad.
Otro invierno, otra Navidad y ese mismo cocktail de rabia e incertidumbre. Hace 12 años, el periodista Julian Assange pagaba caro su compromiso profesional con la información: el 7 de diciembre de 2010, el responsable de Wikileaks era detenido por primera vez en Londres. El calvario aún no ha acabado: en los próximos días o semanas se sabrá si su siguiente destino será una cárcel de Estados Unidos, donde quieren encerrarle de por vida.