Es la primera reacción de una Eurocámara muy irritada con la luz verde de la Comisión Europea al plan de recuperación polaco. Para salir adelante, la medida debe contar con el aval de 71 de los 705 miembros de la cámara.
Menos de una semana después de que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, diese luz verde al plan de recuperación polaco, tres eurodiputados han comenzado a cocinar una moción de censura contra la alemana por pérdida de confianza. Los liberales de Renovar Europa Sophie in’t Veld, Luis Garicano y Guy Verhofstadt están en estos momentos recabando apoyos para poder presentarla.
Necesitan al menos el aval de 71 de los 705 miembros de la cámara. De alcanzar este umbral, el texto quedaría en stand by preparado para ser presentado en un escenario: cuando la Comisión Europea envíe el primer tramo de ayudas del fondo de recuperación a una Polonia en continúo pulso con la independencia judicial y el Estado de Derecho.
Pero incluso en este escenario, la cesión de Von der Leyen sería muy complicada, ya que necesitaría contar con el respaldo del 66% de la cámara. En esta coyuntura, el papel de los Socialdemócratas —tienen el 21% de los escaños— sería decisivo, ya que los Populares —la principal familia de la Eurocámara con el 26,6% de representación— protegerían a una de los suyos. Los grupos políticos están en medio de los debates internos para definir su postura durante el Pleno de Estrasburgo que se celebra esta semana.
Los tres eurodiputados alegan que la inquilina del Berlaymont ha traspasado varias líneas rojas dando luz verde al plan de recuperación polaco, dotado con 35.400 millones de euros. Mientras que el Ejecutivo comunitario se defiende alegando que los desembolsos solo se producirán cuando haya «garantías» de que respeten los valores y derechos fundamentales. Pero los miembros de la Eurocámara creen que este guiño al Partido de Ley y Justicia (PiS) —aliado de Vox en la Eurocámara—, que suma siete años atacando a sus jueces y erosionando la separación de poderes, es una afrenta al Parlamento Europeo, al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y a los responsables de la carpeta de Estado de Derecho dentro de la Comisión Europea. Cinco comisarios han reprobado este paso propiciado por su jefa.
«El Parlamento Europeo ha escrito demasiadas resoluciones, pero es el momento de demostrar que es institución democrática seria. Hay que actuar contra un Ejecutivo que está ignorando las leyes fundaciones de la Unión«, asegura a Público la holandesa Sophie in’t Vield, una de las impulsoras de la iniciativa. Todos los ojos están puestos en el debate que la Eurocámara celebrará el martes con la Comisión Europea por la polémica aprobación del plan polaco. En estos momentos solo se encuentra retenido el plan de Hungría, mientras que Países Bajos no lo llegó a presentar.
Bruselas y Varsovia entierran así su hacha de guerra tras siete años de encontronazos por los ataques PiS al Estado de Derecho. Desde su llegada al poder en 2015, el partido ultraconservador ha vivido obsesionado con deshacerse de los jueces de la era comunista, lo que le ha llevado a aprobar sucesivas legislaciones para apartarlos o forzar su jubilación, contrarias la separación de poderes y la independencia judicial. Además, la mano tendida de Von der Leyen se produce después de que el Tribunal Constitucional polaco declarase el Polexit, es decir, la supremacía del Derecho nacional sobre el comunitario, algo que no encuentra precedentes en la historia del proyecto europeo.
Pasado el ecuador de su mandato, el legado de la presidenta de la Comisión Europea ya deja una tibieza —que también caracterizó a su predecesor Jean-Claude Juncker— con los países en deriva autoritaria. Juncker, al igual que Von der Leyen, son de la familia popular, partido hasta al que hace no mucho pertenecía el Fidesz de Víktor Orbán. Una situación que con cada pulso a Bruselas o legislación contra las minorías se iba volviendo más y más incómoda y sostenible para los azules. Finalmente fue el propio Orbán el que la abandonó. Desde entonces, el líder magiar no ha dejado de intentar sin éxito formar otra familia política en la Eurocámara con los de Le Pen, Abascal o Salvini.
«Los Populares tienen sus problemas con los temas del Estado de Derecho. Tanto a nivel nacional en varios Estados miembros como con la actitud laxa de Von der Leyen, que es una miembro de la Comisión que ha hecho campaña en nombre del Partido Popular después de asumir su cargo. Y en el otro lado, el también numerosos partido de los socialdemócratas debería hacer suyo el comportamiento de su líder Timmermans cuando la semana pasada disintió de la decisión de la Comisión«, critica la holandesa.
Antecedentes
La Comisión Europea es la guardiana de los tratados. Y la Eurocámara, la guardiana de la Comisión. Por ello, la cámara es responsable de que su institución hermana rinda cuentas. En cada legislatura, el Ejecutivo comunitario al completo debe contar con el visto bueno de los eurodiputados, que también tienen el poder de destituirlos. En la historia del Parlamento, no ha prosperado ninguna de las ocho mociones presentadas contra la Comisión. En 1999, la Comisión Santer renunció en bloque antes de que la Eurocámara forzara su dimisión tras numerosas acusaciones de fraude.
La moción de censura más reciente fue la que superó Jean-Claude Juncker en 2014. En su primer año al frente del Parlamento Europeo, el puesto del luxemburgués pendió de un hilo. La Eurocámara presentó y sometió a sufragio una moción de censura poco después de que estallase el escándalo de Luxleaks. La investigación revelaba cómo Luxemburgo se había convertido en todo un paraíso fiscal para las multinacionales durante su mandato como primer ministro. El texto presentado fue rechazado por una amplia mayoría, ya que las fuerzas mayoritarias de populares, socialistas y liberales le dieron su voto de confianza para seguir los cinco años.
El luxemburgués venía, eso sí, de entablar una relación más complaciente con la cámara, ya que a diferencia de Von der Leyen —designada por las capitales—, él alcanzó la batuta de la Comisión a través del sistema del Spitzkenkandidaten, un procedimiento que desde el Parlamento Europeo consideran más democrático ya que tiene en cuenta la voz de los ciudadanos expresada en las urnas de las doce estrellas. Así, la opción de que Von der Leyen caiga no es la más probable, pero el creciente hartazgo de buena parte de la Eurocámara con su complacencia con líderes como Morawiecki pueden empujarla a su momento político más complicado en el Berlaymont.