Christopher Hitchens responde a una pregunta típica de ciertos “ateos pero”. Véanlo antes de pensar en las preguntas de abajo.
¿Será posible que alguien sea tan obtuso para creer que un creyente sólo va a transformarse en ateo si le “quitamos” su religión? ¿Puede ser ese alguien además tan condescendiente como para creer que un creyente necesita religión y que intentar que la pierda es malo? Finalmente, ¿cuánta mala leche hace falta para asumir que el objetivo de los ateos es robarles a los creyentes lo que les da significado a sus vidas?