El crimen racista que segó la vida del marroquí Younes Bilal la noche del pasado domingo en Mazarrón ha sido el último episodio xenófobo en la Región de Murcia, un territorio donde en los últimos meses han ido in crescendo los ataques contra la población migrante; en especial, la de origen magrebí y de religión musulmana. «Siempre hay alguna chispa que termina saltando y derivando en sucesos trágicos, pero la situación se ha ido desgastando desde hace ya mucho tiempo con la explotación de los migrantes, muchos de ellos trabajadores en condiciones muy precarias en el campo«, habla Juan Guirado, portavoz de Convivir Sin Racismo. En declaraciones a elDiario.es Región de Murcia, Guirado pone el acento en las «aberraciones» que se cometen en esos entornos hacia la población migrante, «que está más desprotegida; hemos conocido casos de explotación sexual de mujeres o de alojamientos tipo nicho donde cobijan» a los trabajadores de la economía sumergida. «La tolerancia con ese tipo de prácticas y el deterioro de la imagen de la persona migrante va a más, con pocos discursos en positivo; nos hemos instalado en un escenario de vasallaje y tiranía».
«El hombre que mató a quemarropa a Younes –un militar retirado– ya había increpado en muchas ocasiones a la comunidad marroquí», relata Samira, amiga de la familia y del joven marroquí, que se dedicaba a hacer trabajos de pintura y albañilería para mantener a su familia en Murcia y poder ayudar a sus padres en la céntrica localidad de Beni Melal (en el Medio Atlas de Marruecos), hasta donde será repatriado su cuerpo este fin de semana tras la oración del yuma (la del viernes, la más importante para los musulmanes) en Mazarrón, donde despedirán a Younes sus amigos y familiares.
El sermón no será al mediodía como suele ser habitual. Tendrá lugar a las 20.30 «para que pueda venir más gente, ya que muchos trabajan», y se celebrará en el mercado del Puerto de Mazarrón, concreta Noureddine Ebakkal, presidente de la comunidad musulmana de esta localidad costera. «Estamos todos muy tristes, pero hay que llamar a la calma, llevamos muchos años conviviendo, también nosotros somos ya españoles», reflexiona. «En todas las comunidades hay personas con mal corazón, pero no tenemos que pagar todos por los errores de los demás». Noureddine es procedente de Beni Melal al igual que Younes: «Conozco a su familia, están destrozados porque era muy buen chico».
«Lo que ha sucedido es muy grave; es lógico que la gente sienta miedo e inseguridad», argumenta al otro lado del teléfono muy serio Brahim Roubi, imán de Lorca, una de las mezquitas más grandes de la Región. «El asesinato de Younes no tiene ninguna justificación, es un acto cobarde, pero nosotros vamos a seguir haciendo hincapié en nuestros sermones para orientar a nuestra gente en el deseo de una convivencia en paz, y con ese mensaje educaremos a nuestros hijos». Hace unos meses, representantes de la comunidad musulmana en la Región insistían en la misma idea tras los ataques en la mezquita murciana de San Javier que amanecía el pasado 21 de febrero con la puerta calcinada y la pintada ‘Muerte al Islam’.
Brahim Roubi muestra su rechazo a todos los mensajes «que se sitúan en los extremos; tenemos que trabajar por apoyar la convivencia pacífica, el respeto mutuo entre personas de distintos orígenes, culturas y religiones».
Para Juan Guirado la crispación va en aumento: «En Mazarrón, por ejemplo, convive en el espacio público población extranjera europea y de fuera de la Unión y nunca habían tenido esta sensación de desprotección». El portavoz de Convivir Sin Racismo critica, además, que «ni una sola institución se manifestó el martes con los familiares, amigos y las personas que se solidarizaron con el caso de Younes».
«Yo sí que estuve en la manifestación, pero de una forma discreta y a título individual, como ciudadano, tal y como había advertido a la familia –que es la que había convocado el acto– con antelación», explica el alcalde Mazarrón, el socialista Gaspar Miras, quien califica el crimen de «fortuito e inesperado» y asegura que «a pesar de que no se le puede restar importancia al suceso, las relaciones entre los migrantes residentes en Mazarrón, muchos de ellos nacionalizados españoles, y la población local están normalizadas». El primer edil se une al «clamor y al sentimiento» de los familiares y allegados de Younes, «nadie es más que nadie por haber nacido en un lugar o en otro». Y pide «reflexión profunda» ante «determinados mensajes lanzados desde algunos sectores, y que unos nos tomamos con resignación pero a otras personas pueden afectarles más».
«Moros de mierda»
El presunto asesino del joven ha ingresado en prisión, ordenado por la juez del número 1 de Totana, y se le investiga por homicidio y tenencia ilícita de armas. Según han informado fuentes jurídicas, se le mantendrá en un módulo donde pueda garantizarse su integridad física. «Se trata de un personaje, por lo que hemos sabido, que siempre iba dando la nota con gritos de ‘moros de mierda’; un tipo de gente que antes se escondía pero con el auge de Vox estos discursos se han hecho recurrentes», sigue Juan Guirado de Convivir Sin Racismo.
Y recuerda episodios como las manifestaciones alentadas por la ultraderecha para protestar contra un centro de menores no acompañados en la localidad de Santa Cruz y las presiones de Vox para cerrarlo, el artefacto que explosionó en otras instalaciones de menores en Alhama de Murcia o las presiones y agresiones verbales a los migrantes llegados en pateras el pasado verano a la Región y que tenían que guardar cuarentenas en pisos de acogida.
Tras las agresiones verbales a los migrantes, varias plataformas presentaron denuncias por delitos de odio ante la Fiscalía, pero todavía no han tenido respuesta, asegura Guirado al tiempo que rememora con pena los piquetes «auspiciados por Vox» cuando se localizaban los pisos donde se albergaba a los migrantes. Son hechos que se repiten: «La semana pasada, por citar otro caso, se desmantelaron habitaciones nicho donde se alojaba a jornaleros en unas condiciones penosas, aunque no tan grave como los marroquíes que encontraron en el zulo de una fábrica en Fuente Álamo el pasado diciembre; y hace unos meses también en Lorca hubo manifestaciones en contra de un centro cultural islámico».
Vox, que no consideró el matiz «racista» del crimen contra Younes en un comunicado emitido este martes, sí que se manifestaba a través de su líder en la Región, José Ángel Antelo, contra un tiroteo protagonizado presuntamente por magrebíes en la localidad de Lo Pagán. Antelo destacaba en su cuenta de Twitter que «los españoles quieren barrios seguros».
Desde la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM) han denunciado también «la burda instrumentalización y la manipulación que vuelven a protagonizar algunos grupos de la extrema derecha española en las redes sociales contra Marruecos y los marroquíes», avivada por una campaña «sistemática» desde el inicio de la crisis diplomática entre España y Marruecos y que se ha basado –consideran– «en unos prejuicios y estereotipos residuales y trasnochados anclados en el pasado; esta reincidencia oleada de islamofobia demuestra el telón de fondo xenófobo y racista de algunos nichos sociales armados de mentiras, bulos y estereotipos para sacar rédito político y mediático y perjudicar la convivencia». Una convivencia que pasa por subsanar la ausencia de políticas de inclusión en la Región, dice Guirado, y luchar contra «la segregación que está arraigada en el territorio por barrios o colegios».