El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este viernes la creación de una plataforma para denunciar las discriminaciones, incluidas las policiales, al tiempo que se comprometió a combatir la violencia de las fuerzas del orden, que consideró aisladas y no generalizadas.
En una entrevista al medio digital Brut, muy seguido por las nuevas generaciones, Macron criticó la actuación de algunos agentes, en particular en el desalojo de un campamento de inmigrantes en la plaza de la República de París o en el arresto de un productor musical, y prometió sanciones contra ellos.
El presidente reconoció discriminación por parte de la policía y lamentó que “cuando no se tiene piel blanca es más fácil ser controlado” porque se considera al individuo “un potencial problema”.
Para combatir esos comportamientos y contribuir a la mejor integración de jóvenes de origen inmigrante, Macron dijo que a partir de enero existirá una plataforma, por teléfono e internet, para registrar esas discriminaciones.
Ese instrumento será gestionado por el Estado, pero también por el defensor del pueblo y asociaciones.
Macron señaló que el Estado tiene que hacer un esfuerzo de integración de las personas de origen inmigrante, para lo que preconizó medidas como el aprendizaje del árabe en las escuelas.
“Sois una oportunidad para la República”, dijo el presidente a los jóvenes de origen inmigrante.
Al tiempo, defendió el derecho de asilo, aunque denunció que en muchos casos “ha sido secuestrado por las redes de traficantes”, lo que explica la presencia de muchos inmigrantes ilegales en el país.
En ese contexto justificó el desmantelamiento del campamento de la plaza de la República, aunque reconoció que debió haberse previsto una solución habitacional de sustitución.
Frente a las críticas de autoritarismo, Macron aseguró que Francia “respeta todas las libertades”, aunque señaló que también tiene que proteger a la policía, que en muchas ocasiones “es la víctima”.
El presidente criticó que pocos intelectuales le secundaron cuando, frente a otros líderes internacionales, en particular el turco Recep Tayyip Erdogan, defendió la libertad de expresión de aquellos medios que publicaron caricaturas de Mahoma, lo que despertó una oleada de ataques a intereses franceses en diversos países musulmanes.