El exorcista despega la oreja del teléfono y dice: «¿Quiere una entrevista por teléfono sobre el diablo? Así, fíjese, es como yo hago los exorcismos».
Es una cálida tarde de comienzos de verano en Florencia y Ernest Simoni (Escútari, Albania, 1928), al que todos llaman el cardenal-exorcista, ha tenido un día particularmente agitado.
«Algunos no lo entienden… esto del teléfono. Pero de esta forma atiendo a entre 20 y 30 personas al día. Gente infestada de todo el mundo: enfermos de cáncer, madres que no pueden tener hijos… Lo importante es que mantengan la oreja bien pegada al teléfono. Unos tres minutos, lo que dura todo. Solo así funciona. También hay que ser castos y rezar de manera ininterrumpida», afirma convencido el cardenal-exorcista. «Exorcizo desde hace más de 60 años e incluso he exorcizado a musulmanes. Lo del teléfono se me ocurrió porque la tecnología ayuda a llegar a cada vez más gente», puntualiza en una entrevista con El Confidencial.
Lo que cuenta Simoni parece un reflejo de los tiempos. Cada vez de manera más abierta y pública se habla del antaño arcano mundo de los sacerdotes que luchan contra el diablo. «Me invitan a menudo a hablar del tema y siempre hay mucho entusiasmo», asevera el cardenal, quien llegó a ser encarcelado en la Albania comunista de la década de los 50 por estas creencias.
Una fábrica de exorcistas
Nada mejor para entender el momento que vive la lucha contra Satán que el curso «Exorcismo y oración de liberación», una verdadera fábrica de exorcistas por la que ya han pasado más de 2.000 alumnos en la última década. El evento, considerado el más grande del mundo, reunió a 240 estudiantes de 42 países en su edición de 2019, según datos difundidos por los organizadores.
Durante una semana, los asistentes ven un temario que incluye lecciones sobre la antropología del satanismo, la posesión diabólica y el contexto histórico y bíblico. La novedad de este año es que por primera vez fueron invitados representantes de otras confesiones cristianas: un ortodoxo, un anglicano, un pentecostal y un luterano.
Este acontecimiento, que hace un año llegó a tener incluso el patrocinio del Vaticano, se celebra en el Ateneo Regina Apostolorum de la Universidad de los Legionarios en Roma y es gestionado por el Sacerdos, vinculado a la congregación ultraconservadora congregación nacida en México, y el Grupo de Investigación e Información socio-religiosa (Gris) de Boloña.
Este curso, ante la falta de escuelas de formación sobre el tema, constituye el grueso de la formación teórica de las nuevas generaciones de exorcistas. Para la formación práctica, sin embargo, no hay reglas precisas sobre cómo formar a estos soldados que luchan contra Satanás, más allá de los consejos de los viejos exorcistas. Tampoco existen manuales. Muchos prelados consideran que es mejor así.
Los únicos textos son el antiguo Ritual romano del papa Paulo V, que data de 1614 y rehabilitó el papa alemán Benedicto XVI en 2011; y el nuevo Ritual de exorcismo, aprobado en 2000 durante el papado del difunto Juan Pablo II. Pero estos textos, ambos en latín, no explican nada más que lo que se ve en las películas: la reacción de poseído ante la presencia de símbolos sagrados, como hablar en lenguas extrañas y exhibir una fuerza descomunal.
A Dios rogando
El curso de exorcismo de los Legionarios ha suscitado una creciente atención mediática desde que se creó —en especial en el mundo anglosajón— por lo que se ha ido profesionalizando. Participar hoy tiene un coste de 400 euros, incluidas las comidas de lunes a viernes. Si quieres traducción simultánea al inglés, español o francés tienes que pagar 300 euros más. Ya hay fecha para el próximo curso: del 11 al 16 de mayo de 2020. «Solo se aceptarán euros como moneda de pago en efectivo», escribieron en la página web de presentación.
Los organizadores también han recibido pagos más terrenales. A principios de año, el diario italiano ‘Reppublica’ filtró la decisión del ministerio de Educación italiano de acreditar el curso «Exorcismo y oración de liberación» en su plataforma profesional «Sofia», un sistema destinado a la formación de los maestros y profesores en escuelas públicas.