El grupo de ‘black metal’ Marduk tiene previsto tocar el 11 de octubre en la capital, pero el Congreso cree que atenta contra la fe
En una sesión a medio camino entre lo folclórico y lo político, el Congreso de Guatemala promulgó este miércoles un punto resolutivo [recomendación sin carácter vinculante] para prohibir el ingreso al país de la banda sueca de rock Marduk por considerar que su música es “satánica y blasfema” y que “atenta contra los sentimientos religiosos, mayoritariamente cristianos, de la sociedad guatemalteca”. La decisión incluye una petición al Ejecutivo para que ordene a la Dirección General de Migración que se prohíba el ingreso al país centroamericano de “cualquier persona relacionada con el grupo”, que tenía previsto dar un concierto en la capital guatemalteca el próximo 11 de octubre.
Para que la discusión del tema se incluyera en la sesión ordinaria de este miércoles se alteró el orden del día. En la discusión se alternaron argumentos de corte religioso sobre la mala influencia en la juventud de algunos tipos de música, con otros más sólidos, como los de la diputada Eva Monte Bac, que defendió que la prohibición atenta contra la libertad de expresión y de culto. “Si vamos a prohibir esa música, empecemos por el reguetón y los narcocorridos, plagados de mensajes misóginos. Es la cuarta vez que ese grupo viene a Guatemala. Los diputados no deberían ser hipócritas”, subrayó.
Esta es también la opinión del procurador de los Derechos Humanos [defensor del pueblo], Jordán Rodas, quien, en conversación telefónica con este periódico, recordó que la Constitución es la ley suprema que garantiza la libertad de culto y la libre expresión del pensamiento. “No se obliga a nadie a asistir a ese concierto”, comentó para añadir que en Guatemala hay temas de verdadero interés nacional, como la educación o la sanidad que deberían merecer la atención prioritaria de los legisladores. La Constitución guatemalteca garantiza la libertad religiosa.
En el otro lado de la balanza se sitúan los diputados que, en víspera de año electoral, esgrimen argumentos más bien destinados a sus potenciales votantes sobre la prevalencia del cristianismo en la sociedad guatemalteca. “Hasta donde yo sé, somos un pueblo mayoritariamente cristiano y debemos guardar respeto a nuestras costumbres (…) respeto la religiosidad del pueblo guatemalteco”, argumentó el diputado Oliverio García. La discusión se prolongó durante casi una hora y, al final, los congresistas que se oponen a la presentación de Marduk se impusieron por una diferencia abrumadora: 87 votos contra 13.
El 80% de los guatemaltecos profesa alguna confesión de carácter cristiano y los católicos se imponen por una estrecha brecha de tres puntos porcentuales sobre las diferentes confesiones evangélicas, de acuerdo a una encuesta de 2015 de ProDatos para el diario Prensa Libre.
El grupo Marduk, fundado en 1990, ha sido criticado en otros países por el contenido de sus temas, cercanos al nazismo. Se denominan a si mismos «la banda más blasfema del mundo» y ya han tocado con anterioridad en el país centroaméricano.