La Federación Humanista Europea participó ayer en los debates del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas de intolerancia. En este contexto, la FHE planteó el caso de humanistas, ateos, librepensadores y no creyentes discriminados y perseguidos por sus creencias o por carecer de ellas.
En particular, FHE destacó la situación de los refugiados una vez que llegan a lugares de refugio en Europa. En Bélgica, Francia o Grecia, los no creyentes y los humanistas que huyen de su país debido a las amenazas y persecuciones que allí se cometen, a menudo enfrentan amenazas similares de otros migrantes en los centros de acogida o por parte de las Administraciones de los países de acogida. No siempre se sienten libres de expresar sus puntos de vista y tienen que «camuflarse» debido a la presión de la comunidad.
Sumando su voz a la de la Unión Internacional Humanista y Ética, la FHE instó al Consejo de Derechos Humanos a prestar especial atención a estas personas cuando revise la situación de los derechos fundamentales de los Estados miembros de la ONU.
FHE desea trabajar junto con IHEU para recordar a los delegados de las Naciones Unidas que la libertad de religión o creencias incluye el derecho a no creer, el derecho a dejar de creer y el derecho a cambiar las creencias. Cuando se trata de la trágica situación de las personas discriminadas y perseguidas por sus pensamientos, los humanistas instan a quienes toman las decisiones y a los funcionarios a hacer mucho más por la protección de estas personas, ya sean religiosas o no.
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