A fin de ser iniciada en las practicas sexuales del grupo, la niña de 13 años empezó a ser vestida con trajes cortos, ajustados, transparencias y tacones «para satisfacer al procesado»
El jefe de una presunta secta, acusado de abusar de una menor desde que tenía 13 años cuando participaba en charlas y enseñanzas sobre temas supuestamente religiosos, se enfrenta a nueve años de prisión. El juicio ha quedado hoy visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Málaga y en el banquillo de los acusados también había tres mujeres, que se enfrentan cada una de ellas a un año de prisión y 24 meses de multa, por abuso sexual y corrupción de menores.
Estos abusos se prolongaron durante varios años «y la menor lo soportó ya que los procesados le manifestaban que era lo correcto y porque tenía miedo al castigo divino», según ha mantenido el fiscal durante el juicio.
Las reuniones se celebraban en un piso de la abuela de la víctima, en la barriada de Nueva Málaga, en la capital. Presuntamente se encontraban en el piso para dar charlas y enseñanzas sobre temas religiosos a los asistentes todos los fines de semana y «aprovechaban que la menor acudía a casa de su abuela con gran frecuencia, y prácticamente todos los fines de semana».
La menor a fin de ser iniciada en las practicas sexuales del grupo formado por los procesados empezó a ser vestida con trajes cortos, ajustados, transparencias y tacones «a fin de satisfacer al procesado, al tiempo que le manifestaba que éste era el único hombre para ella», según la acusación pública.
En un determinado momento el acusado empezó con ánimo libidinosos a cometer abusos sexuales, interviniendo en tales prácticas sexuales la prima de la menor, también procesada, para prepararla y darle confianza.
Además, a los pocos días también participaron las otras dos acusadas, una de ella tía de la víctima, manteniendo relaciones todos los procesados entre sí delante de la menor. Esto causó «un indudable perjuicio en el desarrollo evolutivo», sufriendo un daño psicológico que ha necesitado tratamiento.
En noviembre del 2003, «considerando que la menor ya estaba preparada», el acusado tuvo relaciones con la niña, situación que se prolongó durante varios años y la menor soportó ya que los procesados le manifestaban que era lo correcto y porque tenía miedo al castigo divino si dejaba de acudir a esa casa.
Esta mañana han comparecido varios peritos que han realizado diversas exploraciones a la víctima y han coincidido en determinar que la menor no miente, que el relato es coherente y se detectan secuelas de haber sufrido abusos. También ha comparecido un perito especializado en sectas el cual ha afirmado al Tribunal que este grupo era uno de los más radicales que se ha encontrado en su trayectoria profesional. La defensa, por su parte, niega los hechos y pide la libre absolución de los mismos.