La Iglesia Católica muestra su médula homofóbica en Malawi, nación africana donde posee una gran influencia al pedir al gobierno que vuelva a institucionalizar lamarginalización de las personas LGBTI.
El gobierno de Malawi declaró una moratoria en la aplicación de las leyes que criminalizan las relaciones homosexuales. Esto llevó a que la Conferencia Episcopal de Malawi enviará una carta en la que considera la homosexualidad como el segundo peor mal de la nación, solo antecedido por «las campañas pro-aborto» en este pobre país. El hambre que padecen muchos ciudadanos está para los obispo en el décimo puesto en la lista.
«Nosotros, los obispos católicos de la Conferencia Episcopal de Malawi, guiados por la bula del Papa Francisco en el año del jubileo de la misericordia..» Así inicia la carta.
Sobre la situación de moratoria le dicen al gobierno: “Coincidimos con todos aquellos que han reprochado al Gobierno la imposición de una moratoria en las leyes que rigen los actos homosexuales. Ello significa que los culpables de actos o uniones homosexuales no pueden ser procesados. El Gobierno se ha inclinado ante la presión de la comunidad de donantes, los organismos internacionales y los activistas locales de derechos humanos. Como pastores, encontramos este camino muy desafortunado. Es un acto de traición por parte de quienes tienen el poder de vender por dinero nuestro país a prácticas extranjeras y a tendencias contrarias a la voluntad de Dios”
En el 2010 una pareja de hombres gay enfrentaron una condena de 14 años por realizar una ceremonia privada en la que se comprometían como pareja. Tras ello fueron señalados públicamente y levantó una ola de homofobia que fue azuzada por pastores y sacerdotes.
Tras estas condenas ONG como Human Right Watchs exhortaron al gobierno de Malawi para revocar la condena. La pareja recibió finalmente el perdón presidencial, pero la homofobia continuó.
El pasado diciembre se capturó a otra pareja gay, lo que tras la presión de ONG y prensa extranjera, llevó al gobierno malauí a extender la moratoria. Y es así donde viene la rasgada de vestiduras de los obispos católicos.
Cabe señalar que en África la situación de las personas LGBTI es terrible. Al Norte por culpa del Islam y en el África Subsahariana por el catolicismo y el protestantismo. Cabe señalar también el silencio cómplice del Papa Francisco con las posiciones más conservadoras del catolicismo. Se hace evidente que el Papa es tan retrógrado que su antecesor, solo que con un excelente manejo de medios.