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Ofensa de sentimientos religiosos y no religiosos

Rita Maestre, concejal de Podemos y Ahora Madrid del ayuntamiento de la capital de España, ha sido condenada a pagar una multa de 4.320 euros, además de la mitad de las costas del juicio, por ofender los sentimientos religiosos de los católicos al participar en una protesta contra la presencia de capillas confesionales en la universidad, ocasión en la que se quitó la camiseta, quedándose en sujetador, y en la que algunas de las participantes gritaron lemas contrarios a la Conferencia Episcopal católica.

Este hecho y algunos otros han generado en la sociedad española un debate sobre si resulta adecuado o no castigar penalmente la ofensa de los sentimientos religiosos de las personas. El breve artículo Rita Maestre no ha vulnerado la libertad religiosa es muy aclaratorio al respecto.

El artículo 525 del Código Penal español, en el que se basa la juez para condenar a Maestre, establece lo siguiente:

1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.

El problema, como siempre, está en los límites de lo que significa “ofender los sentimientos” de las personas. Y más problemático todavía es cómo determinar si un acto conlleva una intencionalidad de ofender (que parece presuponerse en el artículo del Código Penal). Por otro lado, ¿qué ocurre cuando la expresión de unas convicciones personales conlleva que otras personas se sientan ofendidas?

Por ejemplo, muchos cristianos no católicos (y también muchos católicos) encuentran muy ofensiva la forma en que ciertas expresiones de “religiosidad popular” tratan a la figura de Jesús y el momento de su muerte, recreándose en un sadismo opuesto al tratamiento respetuoso y distante que los Evangelios ofrecen de esos momentos, mostrándolo en situaciones degradantes, o vinculándolo a instituciones violentas como los legionarios (¡Cristo fue asesinado por legionarios romanos!). Todo ello en actos que además se exhiben públicamente por las calles de pueblos y ciudades:

Procesion Cristo de la Preciosa Sangre Guatemala

Para sentirse ofendido o perturbado por muchas de estas imágenes no hace falta ser seguidor del Jesús del evangelio; simplemente ofenden a la sensibilidad de muchas personas, independientemente de sus creencias. Pero nadie pide que se prohíba su celebración. Lo que muchos pedimos, en nombre de la Constitución y de la separación de las confesiones religiosas y el estado, es que los celebrantes de estos actos los notifiquen a las autoridades con antelación (como cualquier otra entidad), y que en ellos no participen representantes políticos en cuanto tales. Bajo esas condiciones, que se celebren, pues hay que respetar la libertad de expresión de las personas y de las organizaciones privadas (entre las que está la Iglesia Católica Romana, aunque muchos –empezando por su propia jerarquía– consideran que ha de considerarse un ente público u oficial).

También cabe preguntarse: Quienes alzaron su voz escandalizados por el caso de los titiriteros, ¿ven normal que niños tan pequeños participen en espectáculos de este tipo? Sea normal o no, asumimos que es una decisión de los padres. Lo que es intolerable es que se organicen por parte de centros educativos públicos, como en alguno de estos casos:

procesion escolar Constantina Sevilla 2016Veamos otras expresiones macabras y truculentas de la religiosidad popular que ofenden a la sensibilidad de muchas personas (quienes vemos menoscabada la dignidad humana en estas exhibiciones) y que pueden resultar especialmente perturbadoras para los niños:

procesion  picaos San Vicente de Sonsierra

¿Habría que prohibir todas estas manifestaciones, porque hieren los sentimientos de las personas? Reflexionen en ello los que denunciaron a Rita Maestre, y aquellos que quieren imponer leyes antiblasfemia en nuestro país.

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