Hoy, 22 de diciembre, los miembros de la Universidad de Granada con acceso a la red de telefonía interna nos encontramos con la sorpresa de que, al llamar a otro teléfono interno, nos aparecen, como todo de llamada, unas vocecitas intantiles cantando. Que nos aseguran que:
«La virgen se está peinando
entre cortina y cortina
los cabellos son de oro
y el peine de plata fina».
No acabo de reponerme de me comuniquen ese acontecimiento, ni de preguntarme qué virgen será esa, cuando me piden:
«Pero mira cómo beben los peces en el río
pero mira cómo beben por ver al dios nacido».
¿¡Me comunica la UGR que ha nacido un dios en un río!?, ¿será el Genil? ¡Sí que es una noticia universitaria de alcance!
Además, la telefonía de la UGR me advierte –seguramente con inquietud– de que:
«Beben y beben y vuelven a beber
los peces en el río por ver al dios nacer».
Aturdido por la impresionante noticia piscícolo-divino-
«La virgen está lavando
y tendiendo en el romero
los angelitos cantando
y el romero florecido».
¡Me dice la UGR por teléfono que hay angelitos cantando! ¡Realmente extraordinario!
(En cuando al romero, esperaba que, por mor de la rima, estuviera floreciendo, pero se ve que con el calorcillo se ha acelerado el proceso).
Por si no pienso hacer caso, me reiteran la anterior petición:
«Pero mira cómo beben los peces en el río
pero mira cómo beben por ver al dios nacido».
Y los ya preocupantes (¿un botellódromo fluvial?) hechos objetivos:
«Beben y beben y vuelven a beber
los peces en el río por ver a dios nacer».
«Piii piii».
Estoy desconcertado, esto merece que la cátedra de Teología de la UGR se pronuncie. Sería la primera vez que le veo sentido a que se haya introducido –depués de más de un siglo– el estudio del dios ese en una universidad pública