Solo San Valero y el desfile del 12 de octubre serán actos solemnes, al resto podrán ir «a título individual». La apuesta por la laicidad defendida por PSOE y C’s es, para el PP, un «ataque a la libertad» de los ediles
La embarullada aprobación del Reglamento de Protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza acaparó ayer buena parte de la atención. Por la interpretación dada a lo que se decidió en la votación de la comisión de Participación Ciudadana, en un debate que se zanjó dando luz verde, a efectos prácticos, a que a partir de ahora los concejales solo podrán asistir como tal, con banda e insignias, a la Ofrenda de Flores en las Fiestas del Pilar y a los actos de San Valero, pero no, como norma general, al resto de actos religiosos incluidos o no en estas festividades, al ser los únicos actos solemnes reconocidos.
Para otros, como la Misa del Pilar, el Rosario de Cristal, el Santo Entierro o el Corpus Christi, los ediles podrán acudir «a título individual» y de forma «voluntaria». Quedan excluidos de la solemnidad con la que se equiparaba a otro tipo de actos, que siguen recogidos, como las recepciones de jefes de Estado, de presidentes del Gobierno o comunidades autónomas en visita oficial, así como todos aquellos que, por su relevancia, lo considere oportuno el alcalde, Pedro Santisteve.
CONFUSIÓN
Esta es, al menos, la interpretación que hacía el Gobierno de la ciudad y el PP, que votó en contra. El nuevo Reglamento salió respaldado con los votos de Zaragoza en Común (ZeC), PSOE y Ciudadanos (C’s), pese a la abstención de CHA, y deberá ser refrendado en el pleno, si se ponen de acuerdo en lo que ayer votaron. Porque unos defendían el avance a la laicidad que suponía –viendo la Ofrenda como un acto no religioso– y la voluntariedad de cada edil para asistir a otros actos religiosos, como la misa posterior.
La responsable de Participación Ciudadana, Elena Giner, aclaró que «lo que se hace es abrir la voluntariedad de asistir o no» pero que no se pretende «prohibir asistir a esos actos». «No entendemos tanto revuelo cuando está recogido en la Constitución garantizar la aconfesionalidad y la libertad religiosa», añadió. Los ediles sí pueden ir a la misa pero solo estarán representándose a sí mismos. Y podrán ir con la banda, pero no estarán dándole el uso para el que está concebido, que es el de asistir a los actos solemnes.
Y ahí venía otra novedad, esta introducida por el PSOE. Durante las fiestas patronales, se podrá ir en comitiva a otros actos que decida el alcalde o al menos dos grupos municipales que tengan mayoría en el pleno. «Si no lo piden dos grupos no se entrará o se podrá prescindir de la ceremonia religiosa, pero si lo hacen, se tendrá que hacer», dijo el socialista Roberto Fernández.
Para el portavoz del PP, Eloy Suárez, este «ataque directo contra la libertad individual» de los concejales se basa en los «prejuicios» del Gobierno y de un PSOE que «tiene una empanada importante «porque «querrían estar en un sitio y Lambán les obliga a estar en otro» por ser «rehén de la izquierda radical». «Iré a todos y cada uno de los actos que me apetezca», aseveró. «Yo no puedo ponerme la banda para entrar en una iglesia pero ellos (por ZeC) sí pueden ponérsela en la coronilla. Esto roza el ridículo», lamentó el conservador.
Por su parte, el concejal de Ciudadanos Alberto Casañal celebró que «todos los actos laicos de la Ofrenda de Flores y San Valero estén incluidos en el nuevo reglamento» gracias a su voto particular. Mientras, Leticia Crespo, de CHA, aseguró que es el PSOE el que «le ha metido un gol» al Gobierno ya que, por querer «soplar y sorber», ha despojado al reglamento de cambios sustanciales, ya que ahora tampoco se estaba ejerciendo presión alguna para acudir a esos actos religiosos.