La concejala del PP del Ayuntamiento de Zaragoza, Patricia Cevero, ha dicho este jueves que la modificación por Zaragoza en Común(ZeC) del Reglamento de Protocolo y Ceremonial del consistorio «no tiene pase» en cuanto a formas y a fondo ya que, ha lamentado, se ha realizado «en el último momento». La reforma propone que la Corporación no pueda asistir a los actos religiosos a los que hasta ahora debía acudir, si bien podrán participar en ellos los ediles que lo deseen, pero a título individual.
El expediente de modificación del Reglamento de Protocolo y Ceremoial del Ayuntamiento se inició el 15 de julio y fue aprobado en dos días, afectando al contenido de los artículos 8 y 13.
Cevero ha explicado que la Asesoría Jurídica Municipal tramitó un informe donde «solo figuraba el asunto y ninguna propuesta de modificación» y solo informaba del Artículo 8, y en concreto, del apartado 8.1.a con respecto a la supresión de la presencia de los concejales en actos solemnes.
El pasado 17 de julio se aprobó dicho informe donde se «cambió el contenido del expediente» y no correspondía con lo informado y tramitado, ha asegurado Cevero, quien además ha señalado que se añadió una nueva redacción del Artículo 8 donde «se excluyen los actos de carácter religioso».
Con respecto a este cambio, la concejala del PP ha destacado que se ha realizado «sin informes, ni técnicos, ni jurídicos y sin ninguna negociación» y ha considerado que la intención de ZEC «fue ocultar la verdad a quien tenía que informar».
Se ha referido a «la redacción -a su juicio- indeterminada» y a que esta decisión de ZEC «no tiene nada que ver» con el consenso, la transparencia, la cercanía, el respeto de la libertad de los demás, el diálogo o la participación ciudadana ya que «a ninguno se ha preguntado», por lo que, en su opinión, «rompe con todo su programa electoral».
La concejala del PP ha avanzado que «va a solicitar la vuelta atrás del expediente» para que la modificación se tramite «con transparencia y ajustándose a las normas».
También ha insistido en que su partido busca una reforma «de consenso» que garantice la conservación de las tradiciones de la ciudad y la libertad de todos los concejales para que la «norma no sea una imposición».