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‘Marías Magdalenas’ adolescentes subastadas a siete mil euros

La Hermandad de la Veracruz de Almogía (Málaga) puede llegar a ingresar hasta 30.000 euros procedentes de la subasta de personajes de la procesión de Jueves y Viernes Santo

En Almogía (Málaga) cualquier adolescente sueña con ser María Magdalena. La crisis ha hecho que la Semana Santa se reinvente, y si no que se lo digan a los hermanos de la Hermandad de la Veracruz de Almogía, que podrían ingresar un montante de 30.000 euros al subastar los puestos de las procesiones el Miércoles Santo. Según señala el hermano mayor de la cofradía Cristóbal Moreno a El Confidencial, el máximo ingreso que obtienen en la hermandad es el de María Magdalena y el Ángel. “Pero quiero dejar muy claro que todo el dinero que conseguimos lo repercutimos de inmediato en la cofradía. Que luego hay muchas invenciones y tenemos problemas con el arzobispado”. En estos días próximos a Semana Santa es habitual la curiosidad entre los vecinos sobre quién será este año María Magdalena. El año pasado una familia pago más de 5.000 euros en una subasta para que fuera su niña, Remedios Lazid, la que representara a la amiga de Cristo en la procesión. Esta puja es una tradición de la localidad que se remonta a la década de los años cuarenta. Otros dos personajes, el Campanillero y el Ángel, que también suelen encarnar niños, alcanzan cuantiosas cifras en la puja, hasta 3.600 o 4.200 euros.

La Magdalena

Pero sin duda alguna la Magdalena es el personaje estrella de la Semana Santa de este pequeño pueblecito de la comarca malagueña. En la historia de la Cofradía se han llegado a pagar hasta siete mil euros para que una adolescente del entorno familiar de los hermanos “tenga el honor de llevar a su hija procesionando”. Una vez que la familia se gana el cargo bíblico en la puja del Miércoles Santo en la plaza de Almogía, la elegida es ataviada con la ropa de la época y camina al día siguiente durante la procesión con un crucifijo entre las manos sin apartar su mirada del divino madero durante todo el recorrido. Suelen ser niñas de gran pureza, de entre 15 y 18 años.

El año pasado el honor se lo llevó Remedios Ladiz, una joven cuya familia se dedica a la construcción. “No es gente que tenga necesariamente un nivel adquisitivo alto. Hay pujadores y ganadores de todas las clases sociales. Ha ocurrido que hay veces que hasta se piden créditos para optar a la puja. O los mismos familiares ayudan a los padres con donativos para que el apellido brille en la cofradía. Trabajadores de clase humilde que han ahorrado durante años para llegar con garantías de éxito al día de la Subasta en el Cabildo y mostrarnos a su hijita”, destaca el hermano mayor.

La Subasta Pública genera una gran expectación y ninguno de los presentes, salvo los padres y familiares que van a pujar, conocen quiénes serán los candidatos a representar los personajes en las procesiones del Jueves y Viernes Santo. El secreto, bien guardado a lo largo del año, se desvela en tensa puja, donde en ocasiones son terceras personas designadas por los familiares las encargadas de realizarlas por ellos para no desvelar los verdaderos destinatarios. Otras, en cambio, son los padres de la joven y los niños los que orgullosos hacen frente a otros pujadores que intentan arrebatarles dicho honor, pues esto es lo que supone que sus hijos representen dicho papel. Emocionantes, tensas e históricas pugnas de poder, donde la satisfacción por haberlas ganado se contrapone a la tristeza de la derrota. Subastas antológicas de 4.000, 5.000 o de más de 6.000 euros han llegado a ser las ganadoras de dichos lances en algunas ocasiones.

El Ángel y el Campanillero

Según explica el hermano mayor Cristóbal Moreno a este diario, la tradición que rodea a la Hermandad de la Veracruz es toda una parafernalia. Desde hace ya un mes, varias familias van preparándose para que sean sus allegados los que consigan el galardón de encarnar los puestos de los personajes bíblicos. El Miércoles Santo, cuando se reúnen todos en la plaza del pueblo, algunos juegan al despiste. La tradición, que pasa de padres a hijos, es la de formar parte de la Hermandad de la Veracruz. La gran protagonista de este año es todavía una incógnita, pero para desempeñar el puesto de uno de los personajes bíblicos más queridos por todas las mujeres del pueblo algunas familias ya han preparado el “pecunio religioso”.

Se da el caso de que María Magdalena no es la única que ha tenido que desembolsar una gran cantidad para formar parte de esta procesión. Otros padres también pujarán para que sus pequeños sean el Campanillero y el Ángel. El Ángel suele ser una niña de corta edad, vestida con túnica y alas blancas que representa la escena del Antiguo Testamento en la que un ángel enviado por Dios detiene la mano ejecutora de Abraham, salvando así a su hijo Isaac del holocausto. El Campanillero es la persona encargada de anunciar la llegada del cortejo procesional con el repique de una campana y hoy en día recae en un niño de edad similar al Ángel. Pero esto no queda ahí, ya que la subasta al mejor postor también alcanza a los cuatro puestos para coger los lazos negros que penden de las esquinas del trono del sepulcro en la procesión del Santo Entierro, como en los antiguos soterramientos. Un año llegaron a pagarse hasta 600 euros por el de más valor para los vecinos, el delantero derecho, y los cuatro portadores de lazo van vestidos escrupulosamente de luto. Un suma y sigue que puede llegar hasta los casi treinta mil euros para seguir alimentando las tradiciones.

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