La catolicísima Interecomía se permite calificar “la conducta” del cardenal arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, de “vergonzosa y escandalosa”. Anda uno de los numerosos inquisidores que pululan por 'La Gaceta', un tal F.J.F. de la Cigoña -un integrista tridentino con nostalgia de la dictadura franquista-, sublevado contra tan alta jerarquía eclesiástica porque no ha excomulgado al sacerdote Manuel Pousa, acusado de sostener "doctrinas contrarias a la de la Iglesia".
De modo que este tipo exige en el diario sucesor de El Alcázar que el capellán Pousa sea “reprendido”. Lo quiere empapelar sobre todo porque a Pousa se le atribuye haber cooperado en un aborto, lo que huele a truculenta leyenda urbana o a chamusquina, porque el clérigo lo que intentó es evitar que una adolescente abortara en condiciones que ponían en riesgo su vida.
Cigoña
Pero da la impresión de que el verdadero objetivo del Santo Oficio, que comparte la derecha eclesiástica, no es el cura Pousa, sino el cardenal Martínez Sistach. No sólo Cigoña lo machaca y lo desprestigia deliberadamente. Federico Jiménez Losantos, César Vidal y el coro de ultramontanos atacan a menudo al cardenal de la capital catalana. Les molesta profundamente que haya todavía algunos obispos, arzobispos o cardenales sensatos, moderados e incluso a veces de talante progresista.
Al servicio de la derecha extrema
Martínez Sistach no era en absoluto partidario de la COPE de Losantos y Vidal, protegidos durante años por el cardenal de Madrid, Rouco Varela, que es un retrógrado y un provocador. Lo dijo por activa y por pasiva el cardenal de barcelona y contribuyó así a la caída de quienes hicieron de la COPE una plataforma radiofónica al servicio de la derecha extrema. La cadena episcopal era –y sigue siéndolo aunque sin tanto ruido como antes- una radio políticamente conservadora. O, para ser más exactos, una radio de apoyo constante al Partido Popular.
Dardos lanzados
Los dardos lanzados contra Martínez Sistach buscan liquidar los restos del Concilio Vaticano II. Pretenden alejar cada vez más a la cúpula de la Iglesia de la doctrina que predicó Jesús de Nazaret y que por llevarla a la práctica acabó siendo ejecutado y clavado en la cruz. En La Gaceta este cardenal fue ayer insultado al denominarlo, por ejemplo, “trilero”. Le advierten con chulería cuartelera que “para ganar con trampas en el juego hay que ser muy hábil porque quedas fatal cuando te pillan”. Y lo describen literalmente como un “mediocre” Añaden: “Incluso haciendo trampas, le hemos pillado el as debajo del solideo”.
PD.- En La Gaceta me honraron ayer llamándome “el tonto contemporáneo” y también “pesebrero falaz”. Sus insultos, viniendo de quienes vienen, son para mí y para mis compañeros y compañeras de ELPLURAL.COM, elogios. Así pues, muchas gracias a los de la Mentira Party.
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM