Hafiz cree que algunas propuestas del Gobierno francés, como aumentar la formación de imames, son excelentes. «Cuanto más cultivados, mejor», considera
Chemsedinne Hafiz es vicepresidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), organización creada en 2003 por iniciativa del entonces ministro del Interior Nicolas Sarkozy. Se estima que en Francia hay entre 3 y 6 millones de creyentes musulmanes y que el CFCM representa a la mayoría.
Pregunta. ¿No es paradójico que un Estado laico organice una religión?
Respuesta. No. La laicidad no es un freno a la religión y algunas propuestas del Gobierno son excelentes, como la de aumentar el número de diplomas universitarios o crear centros de investigación del islam. Desde 2001 se considera que el islam es una religión de violencia y nosotros no tenemos medios para formar a nuestros dirigentes. Necesitamos al Estado, siempre que no interfiera en el dogma.
P. ¿Deben ser esos diplomas obligatorios para los imames?
R. ¿Por qué no? Los imames son claves para la organización del culto y cuanto más cultivados e instruidos, mejor. Tampoco es lógico que cada uno enseñe cosas diferentes.
P. La ausencia de jerarquía en el islam causa problemas de interlocución al Ejecutivo.
R. Esa es la fuerza de esta religión, que no hay intermediarios entre el creyente y el Creador. A veces se nos toma como instrumento político y se nos pide que arreglemos todos los problemas, incluida la violencia en los barrios.
P. Hay quienes matan en nombre de su religión. Ello alimenta una imagen negativa del islam y la exigencia de explicaciones.
R. Esos elementos utilizan el islam para cometer crímenes abominables, pero el problema no es la religión, sino la situación social. Ahora todo parece que es culpa nuestra, pero los musulmanes no somos responsables del paro y la precariedad. Tras los atentados de enero no hacemos otra cosa que reflexionar sobre la cuestión del islam.
P. ¿Debe el Estado francés financiar la construcción de mezquitas? Mientras él se abstiene porque le obliga la laicidad, otros países las construyen en suelo galo.
R. Hace muchos años que los países del Golfo no construyen mezquitas aquí. Eso es un cuento. Ahora solo ayudan un poco. Tenemos graves dificultades para construir templos. La nuestra es una comunidad pobre de clases sociales todavía en la escala baja. Y si tenemos imames extranjeros es porque aquí hay falta de candidatos; es un problema común con otras