En unos días tendremos elecciones europeas y los coros de plañideros obispales, lamentando las laicas leyes, se desgañitarán diciendo que hay que votar a la derecha de diospadre (personaje mitológico con quien parecen conversar a diario). Así que no está de más recordar que, esta izquierda a la que tanto denostan, les sufraga colegios que contravienen leyes y Constitución al discriminar en razón del sexo y no coeducar. Les ahorra un montón de euros porque con la excusa de los patrimonios culturales, la conservación y rehabilitación de conventos, monasterios, catedrales y similares corre a cargo del Ministerio de Cultura. Claro que después, en todos estos lugares, remozados con los impuestos de la ciudadanía, son las jerarquías católicas quienes imponen cómo tienen que vestir las personas y cuáles se pueden visitar o no. A eso, hay que añadir todo lo que chorrea en virtud de un concordato, que más parece un derecho de pernada medieval. Y, ahora, la colaboración en la organización del viaje papal que va acostar, en tiempos de crisis, nada menos que ¡50 millones de euros! ¿De qué izquierda se queja el obispado?
Las nuevas cruzadas político-religiosas. Del Éxodo al Apocalipsis · por Roberto R. Aramayo
El primer ministro israelí ha decido huir hacia delante, aunque nos precipite por un abismo. Su índice de…