Las próximas elecciones municipales y autonómicas ya están muy cerca y eso se está dejando sentir en los movimientos y en la puesta en marcha de las estrategias de los diversos actores implicados en la contienda electoral. Uno de estos contendientes es la Iglesia católica española, con el cardenal Antonio María Rouco a la cabeza. En efecto, la Iglesia se presenta a las elecciones, pero esto no es nuevo sino que es algo que se lleva haciendo durante mucho tiempo.
Evidentemente no van a hacerlo legalmente, no, son más astutos. La forma en que esta organización milenaria se hace presente es tan etérea como su doctrina. Prefiere mandar mensajes a la población para orientarlos y que no incurran en el gravísimo error de votar a una opción que no sea de su agrado o como ellos manifiestan, que no sea "compatible con su fe".
En el fondo, muy en el fondo, se encuentra el verdadero sentir de todas estas oportunas declaraciones y no es más que un constante tira y afloja con el Estado por la conservación y ampliación de sus intereses y privilegios, y no existe mejor momento, con unas elecciones en el horizonte, para apretarle las tuercas al Gobierno.