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40 minutos de terapia antiaborto

Los activistas recurren a todo tipo de técnicas para convencer a las mujeres de que prosigan su gestación – «Ya estáis conectados tu hijo y tú», les dicen

Llovizna pero ahí están. Tres chicos esperan a la salida de una de las clínicas que practican abortos en Madrid. Uno le da un pequeño codazo a otro, que se saca las manos de los bolsillos. Se acercan. "Hola, somos de la Fundación Madrina, queremos ayudarte", dice el que parece mayor, cara afilada, cabello castaño claro cortado a tijera y chaquetón azul. Sonríe y los otros le imitan. "Tenemos ayudas para las madres, para que no aborten. Residencias para que vivan con sus bebés y también bonos de alimentos. Hay soluciones, no el aborto", emplaza el rubio. Es el más resuelto de los tres. Se saca una tarjeta del bolsillo con los datos de la asociación y explica que son voluntarios. Estudiantes -"bueno, yosoy licenciado", dice el más mayor-, que de vez en cuando acuden a las clínicas para explicar a las mujeres que el aborto es "un crimen" y "existen otras opciones". Su presencia no extraña a los empleados del centro, que se quejan de que acosan a las mujeres y las incomodan.

"El piso de la organización está muy cerca; allí te lo pueden explicar mejor y te dirán las ayudas que puedes tener. Atienden a muchas mujeres", añade el tercero. Ha permanecido callado y se toca el pelo. La visita a la sede de la Fundación no estaba prevista. La periodista fue abordada a la salida de la clínica, y decidió escuchar el mensaje que ltrasladan a las mujeres que debaten si interrumpen su embarazo.

El chico mayor también se dirige hacia la sede de la organización con paso cansado. Cuenta que también trabajan con médicos y que hacen ecografías gratuitas a las mujeres. "Es que a veces hemos detectado que los de las clínicas bajan el sonido del latido del corazón del bebé para que las madres no se den cuenta del daño de su decisión", afirma mientras llama al telefonillo.

La Fundación Madrina está en el primer piso de un edificio gris de los años cincuenta. En una de las habitaciones, lo que originalmente era el salón, varios trabajadores hablan por teléfono y teclean en el ordenador. Justo al lado, dos mujeres y un hombre con un niño de unos cuatro años esperan. Son extranjeros. Una de las mujeres acuna a un bebé que no para de llorar. Ni el biberón le calma. El otro niño observa las paredes y una imagen de una virgen que preside una de ellas.

"Estoy contigo, pasa por aquí". Habla Conrado Giménez Agrela. Es el presidente de la Fundación, hombre de mediana edad de piel bronceada y ojos ligeramente rasgados. Se dirige hacia su despacho, lleno de libros, papeles y adornos. Despeja la mesa, saca un bloc e invita a tomar asiento.

-¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras? Cuéntame.

-He hablado con unos chicos que me han dicho que me podíais informar de las ayudas que se les dan a las mujeres.

Giménez Agrela sonríe y sus ojos se rasgan aún más. Explica que la Fundación Madrina ha atendido a decenas de mujeres que se estaban planteando abortar. Que intentan dar respuestas a sus dudas y sus "conflictos internos" y que pueden ofrecer también ayuda a las mujeres sin recursos para que prosigan el embarazo. "Te voy a contar un poco cómo va a ser el proceso, porque abortar no es como sacarse un grano", dice poniéndose serio.

El presidente de la fundación se presenta como un biólogo molecular que, después de investigar unos años y dedicarse a la banca, lo dejó todo para crear la asociación. "Un embarazo es lo más bonito que hay. Durante la gestación, la mujer vive su momento de plenitud, está más bella, más fuerte. Puede levantar hasta el doble de peso que en estado normal. También se vuelve más creativa, más inteligente", afirma paladeando las palabras.

Habla de células. Y de la conexión vital. "El bebé manda células a la madre y así se comunica. Madre e hijo están interconectados con un lazo tan fuerte que no se rompe nunca. ¿No te ha pasado alguna vez que tu madre te ha llamado en un momento malo para preguntarte si estabas bien?", dice. Giménez Agrela explica que esta interconexión se puede dar de muchas formas. "A veces es a través de sueños o de sensaciones. ¿Has soñado con tu bebé?", pregunta mirando a los ojos.

De cuando en cuando baja la cabeza, piensa un momento y dibuja con un boli azul un puntito en uno de los cuadritos del blog. Asegura que el aborto tiene unas consecuencias "gravísimas", no solo sociales; también físicas. Y relata varios casos de "síndrome postaborto" que la asociación ha atendido. "Cuando abortas el cuerpo cambia, estás más irritable, se puede generar un conflicto con la pareja, falla la concentración en los estudios. Y durante los seis meses siguientes existen además muchas más posibilidades de volver a quedarte embarazada", dice. "Porque Dios perdona, pero la naturaleza no", asevera.

Para la Fundación Madrina, un aborto es "un fracaso enorme" y un embarazo, "un éxito". Giménez Agrela lo repite varias veces. También expone la importancia de que la mujer pueda tomar la decisión, sin que nadie, ni la pareja, ni las amigas, ni la clínica -"bueno, ni siquiera nosotros", dice-, intervengan. "Lo más importante es que busques la luz en tu interior. No te hagas daño, hija", pide.

Un ordenador portátil negro descansa abierto en una de las sillas que rodean la mesa. Giménez Agrela hace ademán de cogerlo. "Bueno, te voy a dar un poco de aire, que veo que estás a punto de llorar. Ahora, si quieres, te voy a enseñar un vídeo en el que vas a ver todo el proceso".

-Prefiero verlo en casa. Yo quería que me contaras las ayudas para las mujeres.

El presidente de la Fundación Madrina deja el ordenador y vuelve a coger el boli. A lo largo de la conversación ha ido haciendo pequeñas preguntas sobre la situación de la madre, edad, con pareja o sin ella, estudiante o trabajadora, semanas de gestación… Informa de que existe la opción de dar el bebé en adopción, también expone que la organización tiene becas y residencias para las madres, "por si no te llega el sueldo y no puedes seguir donde vives ahora". Además, afirma que tiene contactos en empresas que en un momento dado puede mover.

Poco a poco, han ido brotando nuevos puntitos en el bloc de cuadros en el que no ha escrito nada. Dice que en la tarjeta que los tres jóvenes han entregado está su móvil. Por detrás escribe su correo electrónico -"escríbeme y me cuentas tu caso, a mucha gente le ayuda o se le da mejor contar las cosas por escrito"- y el nombre del vídeo. "Está en Internet, que no se te olvide verlo", recuerda. Y se despide: "Que Dios te bendiga, hija. Cuídate mucho".

Más tarde, fuera de la sede de la fundación, el vídeo El big bang de la vida se carga en Youtube: imágenes de ecografías de distintas semanas sobre una base musical dan paso de pronto a las imágenes de un aborto y de fetos muertos. Seis minutos de fotogramas que finalizan con una declaración en contra del aborto.

La Fundación Madrina recibe subvenciones de la Comunidad de Madrid para financiar sus programas de atención a madres -al menos 60.000 euros procedentes de dos consejerías en el año 2010-. Tras el encuentro fortuito a la salida de la clínica, la organización fue contactada por esta periodista para recabar información adicional sobre sus proyectos y métodos de actuación. Sin embargo, declinaron hacer ninguna declaración oficial.

A vueltas con la ley

Desde julio de 2010, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva consagró el derecho al aborto en España. La nueva ley establece que las mujeres pueden abortar sin dar explicaciones hasta la semana 14 de gestación. A partir de ahí, existe la opción de hacerlo bajo una serie de supuestos: riesgo para la salud de la madre hasta la semana 22 y malformaciones del feto incompatibles con la vida, sin plazo.

La medida no es del gusto de todos y ha sido ampliamente criticada por los sectores más conservadores de la sociedad, que sostienen que el cambio llegará acompañado de un aumento de los abortos. Un argumento que el Gobierno y las clínicas que practican abortos desmienten. Los datos de interrupciones voluntarias del embarazo correspondientes a 2010 aún no están publicados. En 2009, sin embargo, se produjo la primera disminución en los abortos (casi un 4%) desde que hay recuento.

Sin embargo, a pesar de esa reducción, Mariano Rajoy, el líder del Partido Popular -que tiene recurrida la ley al constitucional-, ya ha manifestado su intención de cambiar la norma si llega al Gobierno. Aún no ha explicado el calado de su reforma.

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