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ZP pide autocensura para no ofender a los musulmanes

José Luis Rodríguez Zapatero presentó este lunes en Estambul la Alianza de Civilizaciones como la gran panacea para intentar frenar las guerras. Entre las propuestas del presidente del Gobierno español a Occidente están que los medios de comunicación se autocensuren y coproducir cine con los musulmanes.

El presidente Zapatero, y el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, pusieron ayer a España y a Turquía como países ejemplo para la Alianza de Civilizaciones.

Lo hicieron después de que el secretario saliente de la ONU, Kofi Annan, conociera el informe que el Grupo de Alto Nivel ha redactado con recomendaciones para mejorar las relaciones entre Occidente y el mundo musulmán. Entre otras cosas, los sabios proponen intensificar las coproducciones de películas y de programas de TV, así como establecer un «fondo de riesgo» que contrarreste el «sensacionalismo» y los «estereotipos».

EL llamado «Grupo de Alto Nivel» (GAN) que propuso Zapatero a la ONU en septiembre de 2004 entregó este lunes sus conclusiones al jefe del Ejecutivo español, a Erdogan, y a Kofi Annan.

Al igual que sus planteamientos de partida, las conclusiones del Grupo son un catálogo de lugares comunes sobre la cordialidad entre civilizaciones, sin apenas carga política y sin diagnósticos realistas de las causas de los graves problemas existentes en torno al mundo musulmán: la amenaza del terrorismo integrista y las dificultades, a veces insuperables, para el establecimiento de la democracia en los países musulmanes.

El documento propone peculiaridades como la autocensura de políticos y medios de comunicación para evitar ofensas a los musulmanes; producciones televisivas mixtas que fomenten la camaradería entre islamistas y occidentales; y, por ejemplo, una política de inmigración coordinada entre países, algo por cierto que contraviene lo hecho por Zapatero en España a espaldas de la UE.

El texto es un paradigma de esas iniciativas bienpensantes que siempre cuentan con adhesiones sin contenido, financiación ilimitada y ausencia total de controles de calidad.

El documento, redactado con banal literatura, parte de la cómoda premisa de que todo el problema consiste en el mutuo desconocimiento entre Occidente y el mundo musulmán. Ignora que la falta de sintonía se produce entre la democracia y el fundamentalismo islamista.

En una acrobacia digna d emejor causa, el documento del «GAN» llega al extremo de abordar el problema clave de la discriminación de la mujer en el mundo musulmán, criticando a Occidente, "que no puede dar lecciones a nadie porque ha permitido esa discriminación".

Si la reflexión de este Grupo le niega a Occidente autoridad moral e histórica en lo que se refiere a la liberación de la mujer y la igualdad, se comprenderá fácilmente la inutilidad de esta iniciativa de aliar civilizaciones con una venda en los ojos.

Mientras el «GAN» propone la democratización del mundo musulmán, Irán sigue con su programa nuclear, la democracia en Irak se enfrenta a un terrorismo masivo y el Líbano sigue en buena parte sometido al control de un grupo terrorista.

El alborozo de Zapatero por la recepción de este documento coincide con la enésima negativa de la UE al ingreso de Turquía, motivada por los graves problemas de derechos y libertades civiles que aún presenta el régimen de Ankara.

Mal contexto para promover alianzas entre civilizaciones cuando es la propia Bruselas la que constata la incompatibilidad de valores entre el Estado que pudiera liderar el mundo musulmán y la comunidad de democracias europeas.

Como subraya ABC en su editorial, hay que entender a Zapatero, porque no tiene mucho más a qué aferrarse en política exterior:

En el ámbito de Iberoamérica, la última cumbre ha sido un fracaso de la diplomacia española. Y en Europa, la caótica política migratoria y el intervencionismo en el mercado eléctrico han enfrentado al Gobierno español con el núcleo de la Unión Europea.
En este contexto, sólo hay margen para puestas en escena como la de ayer en Estambul.

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